¿Quieres saber más?
"Es recomendable no fijarse solo en el precio: las marcas de los productos y su calidad también deben tomarse en cuenta"
Un rato visitando webs de grow shops es suficiente para darse cuenta de que hay docenas de kits de cultivo diferentes; no solo cambian el tamaño del armario, el tipo y potencia de lámpara oy la marca de los productos, sino también los componentes que incluyen. Algunos traen dos extractores y otros solo uno, los hay que incluyen ventilador, termómetro, regadera, programadores, abonos, macetas, tierra o semillas, mientras que muchos prescinden de algunos de estos elementos. Por tanto, para comparar bien los diferentes kits hay que tomárselo con calma, usando una calculadora y añadiendo todo lo que falta en un kit hasta completar la lista y ver qué precio total resulta. Es recomendable no fijarse solo en el precio: las marcas de los productos y su calidad también deben tomarse en cuenta. No todos los armarios de cultivo son iguales; algunos son extremadamente básicos y otros cuentan con mejores materiales y muchas más cremalleras, respiraderos o soportes de los que colgar cosas.
Además de lámparas de alta presión y de ledes, también se venden kits de cultivo con fluorescentes de bajo consumo, baratos pero poco potentes y, en mi opinión, no demasiado adecuados para floración, y con lámparas LEC, lámpara cerámicas de descarga. Las LEC más habituales son las de 315 W, que van bien para un armario de 100x100. Comparadas con una HPS de 400 W consumen un veinte por ciento menos de electricidad y dan una luz más blanca y natural que el espectro amarillento de las de sodio. Son más caras que las HPS y pese a ser algo más eficientes no tienen las ventajas de eficiencia más poca emisión de calor de los ledes.
La lista completa de productos necesarios para empezar a cultivar en interior con garantías de éxito es larga. Hay kits de cultivo más completos y otros que llevan menos productos. Nuestro consejo es comparar los precios y los productos que contienen y calcular cuánto más se tiene que gastar para completar la lista. A veces los cultivadores principiantes se deciden por el más barato simplemente porque es menos dinero, sin tener en cuenta que los productos no incluidos van a tener que comprarlos igualmente o enfrentarse a problemas por no tenerlos.
La lista esencial es la siguiente: un armario de cultivo (no hace falta si se puede dedicar una habitación exclusivamente al cultivo), una lámpara (con balastro y reflector si es de alta presión), dos extractores, un filtro de carbón activo, tubo de extracción para llevar el aire desde el armario hasta el exterior (más las abrazaderas para conectarlo al extractor y al filtro), dos programadores (uno para encender y apagar la lámpara y el otro para el extractor), ganchos para colgar la lámpara y los extractores, un ventilador oscilante, un termohigrómetro, diez o doce macetas de siete litros o más, uno o dos sacos de sustrato, un bote de abono de crecimiento y otro de abono de floración, un medidor digital de pH o, al menos, un kit de tiras reactivas para medir el pH y producto (pH- y pH+) para ajustarlo al nivel óptimo, una jeringuilla de plástico para dosificar el abono y una regadera. Además, se necesita un esqueje o una semilla por maceta.
"No todos los armarios de cultivo son iguales; algunos son extremadamente básicos y otros cuentan con mejores materiales y muchas más cremalleras, respiraderos o soportes"
Una vez comprado todo, hay que tomárselo con calma y no dejarse ganar por la impaciencia. Prepararemos el espacio donde vayamos a colocarlo, que debe estar limpio y libre de trastos. Empezaremos montando el armario, fijándonos bien que todo esté correcto porque, una vez que lo llenemos con el resto del equipo, será mucho más difícil cambiar nada. A continuación, instalaremos la lámpara, si se puede colocaremos el balastro fuera del armario, ya que produce bastante calor y si lo situamos fuera nos resultará más sencillo mantener el cultivo a la temperatura adecuada. El siguiente elemento a instalar es el extractor con el filtro de carbón, que deberá estar situado en la parte más alta del armario de cultivo, ya que es donde se acumula el aire más caliente. El aire debe pasar primero por el filtro, luego por el extractor y, finalmente, por el tubo de extracción, que lo llevará hasta el exterior. Hay que fijarse en la dirección del flujo de aire para no colocar el extractor al revés. El segundo extractor tiene que funcionar como intractor, es decir, metiendo aire fresco en el cultivo, y se debe conectar a una de las entradas que haya en la parte inferior del armario. Colocaremos también el ventilador oscilante de tal modo que cree una brisa que mueva el aire en todo el espacio. Colocaremos las macetas dentro del armario pero no las llenaremos de tierra todavía. A continuación, conectaremos la lámpara al programador; programaremos un fotoperiodo de 18/6, por ejemplo, que las luces se enciendan a las ocho de la mañana y estén encendidas hasta las dos de la madrugada. El otro programador se debe conectar al extractor y programarlo para que esté quince minutos encendido, luego quince apagado, luego quince encendido y así durante todo el día. A continuación, enchufaremos todo y lo dejaremos funcionando durante al menos dos días antes de llenar las macetas de tierra y sembrar las semillas. Esto es para comprobar que todo va bien y ver qué temperatura coge el armario. Si la temperatura sube demasiado, aumentaremos el tiempo de extractor encendido. Pasados los dos días de prueba podemos llenar las macetas de tierra, sembrar las semillas y empezar el cultivo.
En lo referente a las variedades, mi consejo es empezar siempre con semillas salvo que tengamos un proveedor de esquejes de total confianza. Las semillas no traen plagas pero los esquejes puede que sí. Si empezamos con un esqueje que tiene bichos y no tenemos experiencia, lo más probable es que el cultivo sea un fracaso. Las semillas son la mejor opción para un novato; nos permiten aprender todas las fases del ciclo vital del cannabis y asegurarnos una genética de calidad reconocida siempre que vengan de un banco de semillas de prestigio. No hay que caer en la tentación de comprar semillas de la última ganadora de una copa cannábica o de una variedad que se haya puesto muy de moda últimamente, lo más probable es que tengan un precio muy elevado y sean genéticas difíciles de cultivar. Lo más recomendable es escoger una variedad clásica, de pequeño tamaño, híbrida entre índica y sativa y de floración muy rápida (no más de ocho semanas).
Sembraremos las semillas y, una vez germinadas, las mantendremos en crecimiento con un fotoperiodo de 18 h de día y 6 h de noche durante tres o cuatro semanas y cambiaremos el fotoperiodo a 12/12 para que empiecen a florecer. El tiempo de floración se cuenta a partir del cambio de fotoperiodo, por lo que unos dos meses después estarán listas para la cosecha.