El policíaco criminal liderado por mujeres goza de una salud envidiable. Los espectadores decepcionados con True Detective: Noche polar, la aquí firmante entre los afectados, podrían refutar esa afirmación a la vista de los pobres resultados creativos de esa cuarta temporada y tendrían razón. A medias, apostillamos desde estas líneas. Que las ramas de True Detective no nos tapen el estupendo paisaje frondoso del género en la actualidad, porque la serie de Issa López, la temporada más vista de la franquicia creada por Nic Pizzolato, por cierto, no ha de verse como el paradigma de este tipo de ficciones. Más bien lo contrario.
De hecho, la amplia variedad de formatos, tonos y narrativas de varios policíacos actuales nos han convencido de que hay vida más allá de la noche polar, aunque en la geopolítica del thriller policial, lo adelantamos, continúan como líderes las ficciones anglosajonas. Las tres propuestas de este mes son seriales con denominación de origen y una personalidad muy férrea: la londinense Historial delictivo, la norirlandesa Blue Lights, y la tasmana, Deadloch.
Racismo y abuso policial en Londres
Una llamada anónima, una detective ambiciosa e íntegra, y un veterano con negocios sucios y el rostro del decimosegundo Doctor Who, Peter Cabaldi, en el rol del villano de la función. Con estos elementos de partida, un escenario tan vibrante como la nueva zona este de Londres, más allá de Hackney y Victoria Park, y una historia de infarto desarrollada por Paul Rutman (Cinco días) se presenta Historial delictivo, cuya primera temporada de ocho episodios de una hora de duración se estrenaba en enero en AppleTV+ para convertirse pronto en uno de los thrillers imprescindibles del primer trimestre de 2024.
Cush Jumbo (The Good Wife) interpreta a la sargento detective June Lenker, que investiga el caso de un hombre negro, Errol Mathis (Tom Moutchi), encarcelado falsamente por asesinar a su novia. Capaldi es Daniel Hegarty, el detective de alto rango que investigó originalmente el asesinato y obtuvo una confesión de Mathis. Lenker y Hegarty están enfrentados y enrocados en una persecución a cara descubierta. Ella, quiere destapar el caso y descubrir qué hubo detrás de esa falsa acusación –¿Un trabajo policial chapucero?, ¿Un caso construido en torno a prejuicios racistas?–; él hace todo cuanto está en su mano para borrar el expediente y que Lenker sea apartada del mismísimo cuerpo policial.
Es cierto que su trama sobre el racismo sistémico en la policía londinense no añade nada que no imaginemos ya a estas alturas, pero las interpretaciones de Jumbo y Capaldi son tan sólidas como polifacéticas, repletas de zonas grises inesperadas. Y el pulso de su pareja de directores, Jim Loach (Save Me; Hotel Babylon) y Shaun James Grant (La hora del diablo) consigue que nos convenza el juego del gato y el ratón de los protagonistas hasta el punto de que Jumbo aseguró a finales de febrero que ya están trabajando en dar forma a una segunda temporada. Desde AppleTV+, eso sí, todavía no se han manifestado al respecto.
El Belfast post-IRA
Ruda y sin concesiones se presentaba en septiembre del año pasado Blue Lights, la serie policíaca del año de Reino Unido y producción de la BBC de apenas seis episodios que se convertía en una sensación nada más estrenarse en esa cadena justo hace un año. Motivos no le faltan, ya que esta ficción que presume de un salvaje pulso con el día a día de la brigada policial de Belfast, obra de los experiodistas Declan Lawn y Adam Patterson, dupla responsable de las series Muerte en Salisbury (2020) y The Undeclared War (2022), es de las que no dejan prisioneros.
Blue Lights nos lleva a las complejas calles de la capital de Irlanda del Norte para seguir las rutinas de tres agentes de policía que se encuentran en periodo de prueba y, también, algo comprometidos, ya que no acaban de hacerse al trabajo y a los protocolos del cuerpo. La hostilidad no solo está alimentada por la violencia de las calles, sino también por unas exigencias profesionales difíciles de cumplir.
Así, de una intensidad más que loable, el arranque del serial no deja lugar a dudas sobre sus señas de identidad: Grace (Siân Brooke), una mujer de mediana edad que decide cambiar su trabajo como agente social para hacerse policía, sale de casa para ir al trabajo y se agacha para comprobar que en su coche no hay ninguna bomba. De este modo, el legado violento del territorio puntea una narrativa que disecciona el estado de esa ciudad cuando ya se han cumplido 25 años de paz, pero que, como toda capital en el mundo globalizado, no es indemne al tráfico de drogas y de armas.
Crónica y comedia negra en Tasmania
Aunque el género del noir y del policíaco permite ciertas innovaciones, suele ser también terreno para tramas perezosas. No es el caso de Deadloch. Creada y desarrollada por Kate McCartney y Kate McLennan, conocidas en la industria televisiva de Oceanía como “las Kates” gracias a sus miniseries The Katering Show y Get Krack, Deadloch es la apuesta más iconoclasta del momento, tanto por su fidelidad al género como por la irreverencia con sus códigos. También, por otra parte, gracias a un planteamiento que se ríe tanto de posturas morales conservadoras como de las políticamente correctas.
El serial, que lleva en Prime Video desde junio de 2023, nos traslada a la localidad inventada de Deadloch, Tasmania, donde un asesinato durante las preparaciones del Festival de Invierno ha roto la placidez de un pueblo con una idiosincrasia propia, ya que desde hace pocos años acoge a una amplia comunidad LGTBIQ+. Ese escenario, un imán para todo tipo de estilo de vida alternativo y para gurús del buenismo contemporáneo, pronto desvela que no todos sus habitantes son tan felices como el amor cósmico prometía.
Como buen policíaco de humor absurdo, la dupla investigadora lleva el peso cómico de la serie. Y como mandan los cánones, las agentes protagonistas poseen un talante diametralmente opuesto: la sargento mayor Dulcie Collins (Kate Box, Desplazados) es meticulosa, pero está frustrada a causa de una rutina como policía que apenas le supone ningún reto profesional; mientras que la detective Eddie Redcliffe (Madeleine Sami, Super City) es insoportable, maleducada y una agente del caos que pone a prueba la paciencia de todo el pueblo. ¡Incluso la del espectador!