Días atrás, el primer ministro de Tailandia, Srettha Thavisin, anunció formalmente que el cannabis volverá a ser incluido como un narcótico prohibido en el país hacia finales del 2024. En caso de concretarse, la legalización integral solo duraría dos años. El líder del ejecutivo le pidió al Ministerio de Salud que solamente se emitan licencias para la producción y comercialización de derivados medicinales.
En Tailandia, el cannabis fue despenalizado para uso médico en 2018 y para uso recreativo en 2022 bajo el gobierno anterior. Además, se forjaron las bases para una industria alrededor de la planta y que el país asiático se convierta en un faro que atraiga el turismo de los amantes de la marihuana. Esto provocó un rápido crecimiento de las pequeñas empresas que venden productos derivados de la planta. Según datos oficiales, en la actualidad existen más de ocho mil dispensarios habilitados y que próximamente cerrarían sus puertas. Además, existen alrededor de un millón de personas que se han registrado ante las autoridades tailandesas para plantar cannabis en sus hogares.
Sin embargo, la actual gestión anunció que daría marcha atrás a la regulación integral del cannabis, desde que asumió el año pasado. Ahora, con la declaración del primer ministro Thavisin se tienen las primeras definiciones de los planes del gobierno tailandés. La legalización descendería un escalón y solo estarían permitidos los usos terapéuticos.
Ante este retroceso en los derechos adquiridos por usuarios y productores de cannabis, el grupo activista Writing Thai's Cannabis Future convocó a una manifestación contra la medida para el próximo 16 de mayo, en Bangkok.