Otra veeeez aquí, sintoníiiiizanos, ven y enróooollate... ¡Hoooooola, holaaa, hola! Un mes más en La Tercera Fase.... ¡Bien...veeeee...niiii... dosssss! En esta ocasión contamos con la inestimable compañía de Anarchy, un habitante de otro planeta –probablemente un anisakis, anisutris, anu... Vamos, que está colgado no, colgadísimo de la muerte–, que, por suerte y a Dios gracias, convive con nosotros, regenta un bar y toma cosas raras de esas que nos interesan en esta vuestra querida sección. Vamos con él y con una de tantas sustancias de las que nos podría hablar: el kava kava (Piper methysticum).
¿Qué es el kava kava?
Son unos polvitos tipo Cola Cao con efectos relajantes.
¿Cómo lo consigues?
Lo consigo a través de un tercer amigo.
¿Cómo te dio por iniciarte en el consumo de kava?
Me inicié en un intento de reducir mi abuso de cocaína.
¿Te funcionó?
La verdad es que seguí abusando de la cocaína igual que antes y terminé usando el kava kava al final de las enzarpadas por su efecto ansiolítico. Para bajar el colocón de la coca y poder dormir.
¿Y te funcionaba?
Sí, tío, me funcionaba bastante bien. Según te lo digo estoy pensando en volver a pedir.
¿Farlopa?
También.
¿Desde hace cuánto tiempo tomas kava?
Lo he tomado solo en una ocasión... Ah, no, en dos...
Bueno, bueno, en dos ocasiones has pedido dos bolsas de cien gramos... Es como si te digo que solo he tomado farlopa en dos ocasiones... ¡Pero cien gramos cada una!
¡Qué hijo de puta! [risas]. La he estado tomando un año. Normalmente, en pequeñas dosis al final de la fiesta.
Entonces, más que un uso lúdico hacías un uso instrumental: para quitarte el bajón y para dormir.
Para que me diese el bajón... Pero, sí, de forma lúdica no solía tomarlo... Además, es que está asqueroso y hay que tomar mucho.
¿Cómo lo tomas?
Me hago cócteles. Sobre todo uno que me queda muy rico: café, chocolate, helado de chocolate, vodka, absenta verde y kava kava.
¿Y se lo das a los clientes de tu bar?
A alguna chica sí que la he invitado... Pilar y Lorena se pillaron un buen ciego con el cóctel.
Entonces en alguna medida sí que puede tener un uso lúdico.
Sí, claro que lo tiene. Yo, de hecho, tuve un viaje astral. Aunque no sé si fue solo por el kava. Llevaba tres días sin dormir y tenía una resaca muy fuerte... Y, bueno, me terminé la bolsa.
¿Cuánto tomaste?
Entre veinticinco y treinta gramos [nota del entrevistador: la dosis recomendada por el fabricante es de una a tres cucharadas pequeñas de té].
¡La madre que te parió! ¿Y qué pasó?
Me dio literalmente un viaje astral. Estaba solo en el bar, escuchando música, observando la luz de una lámpara que tengo que forma una espiral luminosa en la pared. Y poco a poco me dejé llevar y me metí en la espiral. Salí de mi cuerpo... Me metí como por un tubo y cuando salí por el otro lado estaba flotando. Me vi a mí mismo tumbado en el bar. Estaba muy a gusto pero, lamentablemente, estaba la máquina de hielos encendida –sonando: ¡plas, plas, plas, plas!–. Pues no te jode que tuve que meterme dentro del cuerpo para apagar la máquina de hielos. Claro, yo pensando: “Va, no pasa nada, luego me vuelvo a salir”. Pero nada, luego ni rebañando la bolsa.
En fin, ¿sabes que veinticinco gramos es una auténtica burrada, no?
Es que, tío, la droga esa no sube...
Bueno, tú también es que eres de cabeza dura...
Sí, puede decirse que es una droga demasiado sutil para mí. Aunque es cierto que la gente me la notaba más que yo, por los ojos y tal.
Es posible que no fueras del todo consciente de parte de sus efectos. Yo te he visto tomar kratom y decir que no te había hecho nada cuando ibas crujidísimo de cocaína y era más que evidente que el kratom te estaba rebajando el ataque y el acelere a niveles soportables.
Sí, la verdad es que sí, iba fino.
Ya no la sigues tomando... ¿Por qué?
Pues porque existen demasiadas drogas y tengo que atenderlas a todas. Pero ya te he dicho que me están entrando ganas de volver a coger. No lo descarto. Me apetece intentar otra vez lo del viaje astral.
¿No crees que para eso hay otras cosas mejores? Psicodélicos...
Yo como ese no lo he conseguido con nada.
En tu ranking de drogas, ¿donde la sitúas?
Hmmmm... Tienes que tomar mucho, es muy desagradable, es como comer tierra... Pero me parece muy especial, tiene su rollo; si consigues consumir la suficiente dosis, puedes disfrutarla mucho.
¿Se la recomendarías a alguien?
Se la recomendaría a todo el mundo [risas].
¿Algo más que añadir?
La que yo cojo viene en una bolsa como de esparto, muy chula, con dibujos tribales, que va muy bien para dejarla al lado de la chimenea en Nochebuena para que Papá Noel te la rellene de chuches psicoactivas.