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Un retraso más

Si los parlamentarios quieren que algo vaya lento no tienen mas que crear una subcomisión de estudio, y esto es lo que ha hecho la Comisión de Sanidad del parlamento español en relación a la regulación del cannabis para uso medicinal.

Si los parlamentarios quieren que algo vaya lento no tienen mas que crear una subcomisión de estudio, y esto es lo que ha hecho la Comisión de Sanidad del parlamento español en relación a la regulación del cannabis para uso medicinal. De entrada, desde que se presentó la iniciativa, han tardado siete meses en aprobar la subcomisión, y ahora irán llamando a todas las personas expertas que consideren necesarias para conocer las experiencias de aquellos países que ya han aprobado el cannabis para uso médico. La idea es acabar haciendo un informe comparativo sobre la evidencia científica y los resultados obtenidos. Las conclusiones serán enviadas al Gobierno para que se utilice, si procede, en la regulación medicinal del cannabis.

El PSOE, esta vez sí, hizo posible con su voto la creación de esta subcomisión de estudio. Ahora se encuentran dispuestos a avanzar más, “porque así lo van marcando los organismos internacionales”. Recordemos que la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas ha decidido retirar el cannabis de la Lista IV de la Convención sobre drogas de 1961, así como dejar de fiscalizar el CBD, su componente no psicoactivo, reconociendo oficialmente las propiedades medicinales de la planta.

El problema es que el PSOE ha delegado su representación en Daniel Viondi, un parlamentario que aún cree que es mejor defender la salud desde la prohibición. De momento, su postura inicial se escuda en que tiene que haber evidencia científica que garantice las propiedades medicinales del cannabis, pero siempre como fármaco, nunca en su forma herbal. Viondi no tiene dudas acerca de que el cannabis es una droga perjudicial para la salud, incluso afirma que la evidencia científica disponible así lo corrobora. Según el parlamentario socialista: “Lo que buscamos regular es que haya determinadas enfermedades o pacientes para quienes pueda ser beneficioso el cannabis sin generar un perjuicio sanitario, porque es una droga”. Incluso marca distancias con los enfermos que consumen cannabis, poniendo en duda, como si fuera una ilusión, que estos consideren que les produce un efecto terapéutico.

La evidencia de lo que está pasando por el mundo no sirve, se ha de volver a “estudiar”. Países como EE UU, Canadá, Alemania, Uruguay, México, Colombia, Israel, Argentina, Chile, y otros tantos, ya han implementado programas de uso médico del cannabis. Ninguno de estos gobiernos se atrevería a autorizar el uso médico de algo que fuera perjudicial para sus ciudadanos o no contara con evidencia científica. España tiene grandes científicos que desde hace años están en la vanguardia de la investigación con cannabis, pero cuyos prometedores resultados todavía no han sido aplicados en ensayos clínicos. No estaría mal que, con la excusa de estudiar las evidencias científicas que alega el parlamentario del PSOE, se pusieran en marcha estos ensayos en España.

No será así. Vista la precaución del PSOE, esta subcomisión de sanidad retrasará la regulación del cannabis para uso individual. Ni siquiera hay acuerdo entre los partidos que componen el Gobierno para hacerlo en esta legislatura. Así que, respecto al cannabis, seguiremos simplemente ostentando el dudoso honor de ser el país europeo que más multas impone relacionadas con su consumo.

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #283

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