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Oídio en cultivo de interior

Tengo un cultivo de interior con dos lámparas y veinticuatro plantas en macetas de 8 l. Las plantas llevan dos semanas en floración y acabo de encontrar unas pequeñas manchas de oídio en algunas de las hojas de las ramas que tocan a una de las paredes del cultivo. He cortado las hojas que he visto infectadas pero no sé si será suficiente para acabar con el problema. ¿Qué me recomiendas?, ¿hay algún producto especial para hongos que vaya bien? Muchas gracias.
Bruno

El oídio es un hongo cada día más frecuente en los cultivos de interior y causa enormes pérdidas a los cultivadores. Suele aparecer especialmente cuando la ventilación es escasa, ya que el aire quieto favorece la germinación de las esporas. Siempre ha sido una plaga típica de los invernaderos, precisamente por la falta de ventilación que suele haber dentro de estas estructuras de cultivo, y también en cultivos de exterior, sobre todo, en las partes más sombreadas de las plantas o cuando crecen junto a una pared, ya que las ramas bajas que dan hacia la pared nunca reciben sol ni demasiada ventilación. En interior, lo mejor es intentar incrementar la aireación en torno a la planta, cortando las ramas más bajas y sombreadas para que el aire pueda circular bien y recortando algunas de las hojas más grandes. También es conveniente aumentar la cantidad de ventiladores que mueven el aire en el cuarto de cultivo y reducir la cantidad de riego, con el fin de que la humedad ambiental baje y que la tierra tenga tiempo de secarse entre riego y riego.

La aplicación de productos insecticidas y fungicidas no es recomendable una vez las plantas están en floración, especialmente si son productos tóxicos que puedan dejar residuos en los cogollos o acabar en los pulmones de los consumidores tras fumar. Lo mejor, si no hay más remedio que aplicar algún fungicida para aplacar la infección, es emplear fungicidas permitidos en agricultura ecológica y que no dejen residuos en los cogollos. Lamentablemente, la lista es muy corta, puesto que el azufre y el cobre, que son los principales fungicidas que se emplean en la agricultura ecológica, dejan una importante cantidad de residuos en las hojas y, como los cogollos no se pueden lavar antes de consumirlos (como sí se puede hacer con las frutas y hortalizas), no deberemos aplicarlos en el cannabis. Los únicos fungicidas que podemos usar contra el oídio y que tienen algún efecto son el jabón potásico y el agua oxigenada, aunque ninguno de los dos tiene una efectividad muy elevada. Por eso mismo, la mejor actuación consiste en cambiar las condiciones medioambientales del cuarto de cultivo para dificultar la germinación de las esporas y la extensión del hongo. Aumentar la ventilación, evitar las zonas en sombra, eliminar las ramas y las partes mal iluminadas, disminuir la cantidad de hojas para reducir la transpiración y aumentar la circulación de aire son la mejor solución, aparte de cultivar variedades resistentes al oídio. En general, las variedades sativas suelen ser más resistentes que las índicas, puesto que han evolucionado en zonas con climas más húmedos y han desarrollado mecanismos que les protegen contra los hongos, como crecer cogollos más delgados y menos densos, una forma de las hojas mucho más estilizadas y una estructura de ramas largas y delgadas que el aire atraviesa con mucha mayor facilidad que en las variedades índicas, bajas, densas y muy frondosas. Si no tenemos más remedio que aplicar un fungicida, mi opinión es que el jabón potásico es la mejor opción durante las primeras semanas de floración, cuando los cogollos todavía no están tan formados. Aunque no acabará definitivamente con el oídio, puede ayudar a mantener la infección bajo control y evitar que se extienda rápidamente. Cuando faltan pocas semanas para cosechar ya no conviene usar el jabón, puesto que puede afectar al sabor del producto final e incluso disolver la capa exterior de las glándulas de resina. En esas semanas finales, el agua oxigenada diluida en agua a razón de una parte de agua oxigenada por dos o tres partes de agua constituye una mezcla capaz de oxidar el oídio, frenando su desarrollo y no dejando ningún resto, puesto que, una vez hace efecto, el agua oxigenada se transforma en agua simple. De nuevo recalco que no es una solución perfecta, pero cuando los cogollos ya están casi maduros no hay otra opción mejor.

Profesor Cáñamo

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