Estudios clínicos con ibogaína están en marcha en España y Brasil para evaluar sus efectos cardiovasculares y en relación con el consumo de metadona (España) y alcohol (Brasil). En los próximos años quizá tendremos más respuestas sobre la seguridad y la posible eficacia de la ibogaína para el tratamiento de los trastornos por uso de drogas (TUD).