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Todas las relaciones son de amor y hay que cuidarlas

Me come la nostalgia pensando en mi mejor amigo. Nos conocimos en la guardería y fuimos inseparables hasta que cumplimos veintiún años. Él se echó novia y yo recuerdo que me sentí muy dolido porque siempre tenía que estar peleando por un poco de tiempo con él, y su novia hacía lo mismo. A mí ella no me caía nada bien, pero es porque sentía celos hacia ella; sentía que era la culpable de mi soledad y tenía miedo de que le destrozara el corazón a mi amigo. 

Un día, en el pub, mi grupo de amigos y el de sus amigas nos juntamos, y como mi amigo estaba con gripe en la cama, no sé por qué, aproveché y me ligué a su novia. Creí que así se daría cuenta de que el amor de ella no era amor verdadero, pero no pensé que me dejaría de hablar. Y es que, cuando se enteró, decidió que ya nunca seríamos amigos de nuevo. Los dos lo pasamos fatal, y nadie en el grupo pudo ayudarnos. 

Hoy, veinte años después, me doy cuenta de que en realidad yo estaba muy enamorado de mi amigo, aunque no soy gay y nunca he tenido relaciones con otros hombres. Pero si lo pienso, él fue mi primer amor, porque los dos nos contábamos todo, podíamos ser nosotros mismos, podíamos confiar plenamente el uno en el otro y lo compartíamos todo. Crecimos juntos, y creo que si yo hubiera podido explicarle cuánto lo quería y los celos que sentía de su novia, no le habría hecho eso que le hice. 

Algunos amigos a mi alrededor rompieron con sus mejores amigos cuando se echaron novia, y quizás es porque durante la adolescencia el gran amor de los hombres no son las mujeres, sino los mejores amigos, con los que de verdad compartes intimidad. A veces me pregunto qué habría pasado si hubiésemos tenido sexo, porque amor había mucho. Otras veces me dan ganas de buscarle, pedirle perdón por aquello y contarle cuánto le quería. Y también hay veces en que me pregunto si él sentía lo mismo por mí y si hoy será gay o será hetero. 

Lo que yo quería preguntarte es: ¿qué le aconsejarías a los chicos para que pudiesen superar esto? Gracias, Coral.

Isaac

¡Hola, Isaac! La verdad es que es un temazo del que se habla poco: los hombres a menudo se enamoran de otros hombres, pero tienen sexo con mujeres porque no se atreven a enfrentarse a lo que sienten por otros hombres. Y, para los más jóvenes, es superdoloroso formar pareja con otro hombre y que ese hombre se eche novia por primera vez. Se pasa muy mal si además no se tienen más amigos con ese nivel de intimidad y de confianza, si no se puede hablar de ello con nadie y si se siente que el mundo se derrumba cuando dejan de dedicarnos tanto tiempo y atención. 

Los celos son normales, pero también creo que hay una lucha muy fuerte contra la homofobia dentro de la mayoría de los hombres, que es lo que os impide hablar con vuestro amigo sobre la relación que tenéis y sobre cómo os estáis sintiendo con la situación. Estoy segura de que muchos hombres sufren al negarse a sí mismos el amor que sienten por sus mejores amigos, y pienso que quizás, con el tiempo, más hombres podrán atreverse a salir del armario. 

A los hombres os educan para que no podáis expresar vuestras emociones, a no ser que sean la ira o la euforia. Pero eso de llorar las penas delante de otros os cuesta más: hasta hablar con vosotros mismos para saber qué os está pasando os cuesta un mundo. Creo que ese es el primer paso que tenéis que dar: liberaros del miedo a hablar de lo que sentís, de lo que necesitáis, de lo que queréis; aprender a identificar las emociones y a expresarlas sin hacer daño a nadie. También tenéis que trabajar la valentía, para superar el miedo a decirle a un amigo vuestro que le queréis y que estáis sufriendo por el miedo a perderle. Solo así podréis cuidaros unos a otros: cuando en momentos duros podáis expresar lo que necesitáis del otro y podáis prestaros apoyo mutuo y establecer una serie de pactos para cuidaros el uno al otro, tengáis o no pareja. 

También es importante, cuando uno se empareja, cuidar a los amigos y amigas y no permitir que la relación nos aísle de otras personas. Este es uno de los peligros del amor romántico: creer que, cuando encontramos a nuestra media naranja, ya no necesitamos nada más ni a nadie más. Cuando acaba el enamoramiento y aterrizamos, nos vemos solos, y es muy duro, tanto para nosotros, como para los amigos y amigas a los que hemos abandonado. La clave está en los cuidados, para sufrir lo menos posible y para poder hacer compatibles todas nuestras relaciones amorosas, tengamos o no tengamos sexo con esas personas: todas son relaciones de amor y todas hay que cuidarlas al mismo nivel. ¡Un abrazo muy grande, Isaac! 

Coral Herrera

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