¿Cómo afectará la pandemia a los juicios penales?
Sí, pero debemos decir primero que las conformidades no dependen del juez, sino de los pactos a los que lleguen el Ministerio Fiscal y el abogado defensor de la persona acusada. El juez se limita a asegurarse que el acusado efectivamente entiende y quiere el pacto, y luego lo plasma en la sentencia. Las conformidades en ocasiones son muy beneficiosas porque es realmente la única manera de evitar que el acusado acabe en la cárcel. Sin embargo, como todo en el derecho, hay que analizarlo caso por caso. La conformidad implica que el acusado reconoce los hechos y acepta ser castigado. A partir de esta aceptación, se negocia la pena que se va a imponer.
En los delitos de tráfico de drogas es importante plantearse la conformidad cuando las penas mínimas son superiores a dos años. Como sabéis, para conseguir la suspensión de la pena es necesario no tener antecedentes penales y que la pena no sea superior a dos años. Por ello, en los casos en los que haya prueba evidente de la comisión del hecho delictivo, y este hecho tenga una pena mínima de tres años, el acusado deberá ingresar en prisión, salvo, en su caso, que se demuestre una grave drogodependencia y el sujeto se someta voluntariamente a un tratamiento médico. Fuera de estos casos, si el juicio va mal, y el juez considera culpable al acusado, no habrá solución, se deberá entrar en la cárcel.
En el caso del cannabis, por ejemplo, si la cantidad intervenida es superior a diez kilos, entonces la pena mínima es de tres años. Lo mismo ocurre con las llamadas drogas duras, que en pequeña cantidad ya tienen una pena mínima de tres años. En estos casos es muy recomendable estudiar la conformidad, ya que se puede pactar con el Ministerio Fiscal alguna circunstancia atenuante que rebaje la pena mínima y la deje en menos de dos años. La cuestión entonces radica en el interés que tenga el fiscal en evitar el juicio. Si tiene mucho interés, se permitirán conformidades muy beneficiosas. Y ahora es un buen momento para ello. Eso sí, con cuidado, porque en ocasiones se presiona al acusado para que acepte conformidades que en realidad no le interesan.