Un working paper del National Bureau of Economic Research (NBER) analizó suicidios mensuales en EE UU (2000–2022) y observó que, tras la apertura de dispensarios de cannabis recreativo, las tasas bajan en personas de 45 años o más. El resultado sugiere que el acceso efectivo –más que la legalización en el papel– puede cruzarse con dolor crónico y salud mental.