Igual que hace 25 años, me veo escondiendo las chinas de hachís por el cuerpo. Estoy en el Viña Rock con unos porros encima, y la Guardia Civil con sus fusiles de asalto y la capacidad de amargarle a uno el festival. Me vuelven a pillar con una china y esta vez no ha sido cualquier agente, sino miembros de un cuerpo de élite de la benemérita. Un despliegue impresionante de hasta 500 agentes...