Esta escritora “murió” (públicamente hablando) a causa de una droga legal, pero ha llegado a nuestros días gracias a –entre otras cosas– experimentar con drogas prohibidas como los ácidos, los porros, las setas, la cocaína, el speed, además de fármacos como el Percodan, el Demerol, la codeína, el Fioranol, el Mogodon o, especialmente, el Quaalude (marca bajo la que se comercializó la metacualona...