La ley ha ido cambiando sobre esta cuestión, y cada vez a peor. Ahora la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim), en su artículo 367.ter.1, establece que la Policía por sí misma puede proceder a destruir la sustancia si, pasado un mes desde que comunica al juez de instrucción su intención de destruir, no se le ha prohibido expresamente hacerlo. Como requisito previo se establece que deberá haberse realizado antes el análisis pericial de la sustancia y que se deberá conservar una muestra mínima para “ulteriores comprobaciones o investigaciones”. 

Esto significa que si el abogado defensor no solicita al juez la conservación íntegra de la sustancia, esta va a ser destruida a las pocas semanas de la intervención. Por lo tanto, si lo que se quiere es hacer una contrapericial relativa a la cantidad de sustancia apta para consumo humano que fue intervenida, hay que moverse rápido y pedir al juez que oficie a la Policía ordenando la conservación de la sustancia. Pero hay que actuar rápido: en un mes y poco podría estar ya destruida. Una vez se ha destruido, ya solo se puede pedir un contraanálisis sobre esa pequeña muestra que se conserva, pero, claro, ya solo a los efectos de determinar la existencia y porcentaje, lo cual pocas veces es de interés para la defensa. 

Lo que sí hay que tener en cuenta es que el apartado 2 de ese artículo 367.ter. de la LECrim obliga a extender un acta donde se haga constar “la naturaleza, calidad, cantidad, peso y medida de los efectos destruidos”. Si esta diligencia no consta en las actuaciones, se podría impugnar en algunos casos la pericial sobre la sustancia realizada a instancias del juzgado. En cualquier caso, es importante recordar que, en estos asuntos de cultivo de marihuana, hay que ponerse las pilas lo más rápido posible para poder organizar una buena defensa.