Diferencias entre legalización, despenalización, normalización y regulación.
Tu pregunta me parece muy interesante. Cada concepto que has utilizado significa una cosa distinta y con mucha trascendencia jurídica y sociológica. Y son conceptos que hay que aclarar porque mucha gente se confunde. Por ejemplo, entre despenalizar y legalizar. No es lo mismo. Si hablamos de despenalización nos referimos a dejar de utilizar el Código penal como instrumento de control social, de suprimir todos los delitos relacionados con el cultivo, transporte y distribución de marihuana. Sin embargo, que una conducta no sea delito no significa que sea legal, puede estar perseguida por el derecho administrativo sancionador. Las multas de la Ley de Seguridad Ciudadana, la conocida como “ley mordaza”: es una norma que castiga conductas ilegales, pero lo hace con sanciones, como multas y cierres de locales o pérdida de licencias, pero no con penas privativas de libertad.
Por otro lado, legalizar es convertir todas esas conductas en lícitas. No puedes ser sancionado por ello. Pero la palabra legalizar se refiere a permitir una conducta, no a decir cómo se tiene que hacer. Regular significa detallar normativamente cómo se tiene que realizar una conducta para que sea legal. Legalizar, sin más, se asimila a un régimen liberal en el que la libertad de empresa reduce al mínimo la intervención del Estado.
Regular, por el contrario, implica que el Estado establece de forma concreta las reglas de todo el ciclo del cannabis, desde su producción hasta su venta. Uruguay, por ejemplo, es fuertemente regulatorio. En cambio, el régimen en Colorado es muy liberal. Por último, uno de los conceptos más importantes, la normalización. Yo la defino como el reverso de la estigmatización (y de la criminalización), casi su contrario.
Normalizar significa dejar de ver el cannabis como un virus, y al usuario de cannabis, como una escoria social o un criminal. Los medios de comunicación se afanaron por crear esta imagen tan negativa de la marihuana, vinculándola a la falsa heroína que causó estragos en los años ochenta en las calles españolas. Para legalizar antes teníamos que normalizar la imagen del cannabis, eliminar toda la negatividad asociada. Este trabajo ya está hecho, y a ello ha contribuido enormemente esta revista. Además, los padres de hoy somos los fumetas de entonces. Ahora el trabajo es convencer a los políticos de que dejen de utilizar la marihuana como arma política.