Testigos
Vaya, ya es mala suerte. La policía debía estar vigilándote creyendo que estabais vendiendo hachís o marihuana, y cuando vieron que un tipo se acercaba y te daba el dinero interpretaron que estaban ante el típico pase del menudeo callejero. Seguramente, cuando le intervinieron al otro le encontrarían algo en sus bolsillos y dedujeron que se lo habías entregado tu. El problema con los testigos en este tipo de asuntos es que el Tribunal Supremo tiene declarado desde hace mucho tiempo que no tienen valor probatorio porque pueden estar bajo la intimidación del traficante o motivados por el deseo de que su proveedor de droga siga en el mismo sitio y no sea detenido. Estos dos factores provocan que, según el Tribunal, lo que digan en juicio carece de credibilidad, que sea irrelevante a efectos de prueba. Si el abogado de oficio pide a tu colega y al supuesto comprador como testigos, es probable que los admitan, que se practique su testifical en la vista oral, pero que en sentencia no se tenga en cuenta su versión de los hechos. Se considera que lo manifestado por la Policía tiene mucha más credibilidad, por cuanto son imparciales, objetivos, tienen obligación de decir verdad y actúan en el ámbito de su profesión, sin ningún interés en el resultado del juicio. Y frente a la declaración de la Policía, poco vale lo que diga el supuesto comprador y el amigo del traficante. Por este motivo, el abogado te ha dicho que los testigos no servirían de nada y que mejor conformarse. Sin embargo, aparte de los testigos, tienes otros posibles elementos de prueba para apoyar tu versión, como, por ejemplo, si tienes trabajo y estás dado de alta en la Seguridad Social, si no tenías más dinero encima que esos veinte euros que te dio el tipo, si la sustancia que le intervinieron al otro no era la misma que la tuya o tenía diferente composición, etc. Una cosa relevante aquí podría ser demostrar que conocías al supuesto comprador de antes y el motivo por el que te debía ese dinero. En todo caso, lo importante es poder generar en el juez o tribunal una duda razonable respecto de si los policías pudieron verlo todo bien o, en cambio, pudieron confundirse: ¿vieron que tú le entregaste primero algo al otro?, ¿quién entregó primero?, ¿dónde estaban localizados?, ¿a cuántos metros?, ¿de día o de noche? Nunca se puede plantear que el policía miente, pero sí en cambio que se pueda equivocar. Por ahí pasa la defensa en este tipo de asuntos.