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La cantidad de cogollos que produce una planta de cannabis depende, entre otros factores, de los nutrientes que sea capaz de absorber a través de las raíces. Para mantener las raíces sanas es importante permitir que la tierra se seque entre riegos y así proporcionar oxígeno. No debemos regar nuevamente si el sustrato se ve húmedo. 

En agosto, las altas temperaturas hacen que la tierra se seque cada día, por lo que no es fácil pasarse con el riego. En cambio, quedarse corto es mucho más común. Por lo general, en agosto las plantas necesitan riegos diarios y es muy importante no olvidarse nunca de regarlas, ya que, en cuanto la planta nota que le falta agua, cierra los estomas para reducir la transpiración. Con los estomas cerrados, la absorción de nutrientes se detiene, así como el crecimiento de los cogollos.

"En agosto, las plantas necesitan riegos diarios y es muy importante no olvidarse nunca de ello"

La frecuencia de riego tiene que ajustarse al tamaño de la planta y la maceta. Plantas grandes en macetas pequeñas pueden requerir incluso dos riegos diarios para desarrollarse correctamente, mientras que una planta pequeña en maceta grande y con clima húmedo puede aguantar dos o tres días sin regarse, incluso en verano. 

Un error muy habitual entre los cultivadores inexpertos es usar para el riego un agua con demasiadas sales. En muchas zonas del país, sobre todo en la costa mediterránea, el agua del grifo contiene demasiada cal. A lo largo de las semanas, y tras muchos riegos, la cal se va acumulando en la tierra y dificulta cada vez más la absorción de agua y nutrientes por las raíces. La mejor forma de evitarlo es regar con agua de lluvia o agua de un filtro de ósmosis inversa. Si no tenemos ninguna de las dos, lo mejor es combinar riegos con abono y riegos solo con agua. Además, cada dos semanas haremos un riego muy abundante solo con agua, de modo que salga bastante por los agujeros de drenaje de la maceta y arrastre las sales acumuladas en el sustrato. 

Abonos para floración 

La concentración de abonos en el agua debe ajustarse según el clima. En climas frescos, se requiere una mayor concentración de abono por litro de agua, mientras que en climas cálidos se debe reducir la cantidad de abono. 

La fertilización de las plantas durante la floración cambia a lo largo de las semanas. En las primeras tres o cuatro semanas de floración, las plantas experimentan un rápido crecimiento en altura. Dependiendo de la variedad, cada planta puede duplicar o incluso triplicar su tamaño en cuestión de semanas, llegando a crecer hasta cinco centímetros al día. Para lograr este crecimiento acelerado, las plantas requieren grandes cantidades de nutrientes, especialmente nitrógeno, así como fósforo, potasio y otros nutrientes secundarios como calcio y magnesio.

"En las primeras tres o cuatro semanas de floración, las plantas experimentan un rápido crecimiento en altura"

Además, a medida que crecen en altura, se desarrollan numerosas flores en todas las ramas, las cuales se fortalecen para soportar el peso que los cogollos tendrán más adelante. Durante esta etapa, las plantas también acumulan nutrientes en sus tejidos para utilizarlos posteriormente en el engorde de los cogollos. La mayoría de los fertilizantes diseñados para la etapa de floración se ajustan a estas necesidades, pero si notamos que las plantas adquieren un tono verde más claro de lo habitual, podemos alternar riegos utilizando fertilizante de crecimiento cada uno o dos riegos con fertilizante de floración. 

En la parte media de la floración, a partir de la cuarta semana, las plantas dejan de crecer en altura y concentran toda su energía en la producción de flores y en el engorde de los cogollos. Cada día aparecen decenas o incluso cientos de nuevas flores, y aunque algunos estigmas de las flores más tempranas pueden marchitarse, la mayoría de los estigmas se mantienen blancos. Durante esta fase, las plantas necesitan absorber muchos nutrientes y también consumen los nutrientes acumulados durante el crecimiento y la primera etapa de la floración. Este es el momento en que se deben utilizar potenciadores o estimuladores de la floración, que son fertilizantes con altas concentraciones de fósforo y potasio, complementados con carbohidratos y aminoácidos. 

Por último, en las dos últimas semanas antes de la cosecha, las plantas reducen su necesidad de nutrientes, ya no brotan tantas flores nuevas y la energía se concentra principalmente en la producción de resina. En esta etapa se recomienda eliminar por completo el uso de fertilizantes y regar las plantas solo con agua para que puedan usar los nutrientes acumulados en los tejidos, lo que mejora mucho el sabor final de los cogollos. 

Riegos automáticos 

"Cada dos semanas haremos un riego muy abundante solo con agua para arrastrar las sales acumuladas en el sustrato"

Si tenemos planes para irnos de vacaciones, es importante asegurarnos de que nuestras plantas estén bien cuidadas en nuestra ausencia. Afortunadamente, existen diferentes sistemas de riego automático disponibles en las tiendas de jardinería: aspersores, sistemas de riego por goteo y programadores de riego. En balcones o terrazas con grifo y desagüe, la opción más práctica sería instalar un sistema de riego por goteo conectado a un programador, el cual a su vez se conectará al grifo. En el programador, establecemos el horario y la duración del riego, lo que nos brindará un control preciso sobre la cantidad de agua que reciben las plantas. 

También existen sistemas de riego automático que funcionan con la fuerza de la gravedad. Estos sistemas constan de un depósito de agua que se coloca por encima de las plantas, ya sea en una mesa elevada o colgante, y una serie de mangueras que van hacia cada maceta. En este caso, no necesitaremos un grifo ni un programador, ya que el agua gotea de forma continua. Sin embargo, debemos tener en cuenta que el tamaño del depósito es limitado, por lo que, cuando se agote, deberemos rellenarlo manualmente. En este caso, contar con la colaboración de un amigo puede ser de una gran ayuda. 

El sistema de riego automático adecuado para cada cultivador depende de sus necesidades y del entorno donde se encuentren las plantas; no es lo mismo marcharse dos días que tres semanas. Para ausencias largas es mejor contar con la ayuda de un amigo, pues dejar las plantas solas durante muchos días sin supervisión es muy arriesgado y podemos encontrarlas muertas al regreso.