Aceite de marihuana

El aceite de marihuana es un extracto que se hace con alcohol. Hay que introducir los cogollos de cannabis en alcohol etílico de la mayor pureza posible, agitar y esperar unos minutos para que la resina se disuelva en el alcohol. Luego se filtra para separar los restos vegetales y se evapora el alcohol sin calentarlo excesivamente. Una vez se ha evaporado todo el alcohol, el resto que queda es el aceite, una sustancia pegajosa pero con una porcentaje de THC muy alto.

Para que el aceite sea de buena calidad hay que usar cogollos con bastante resina, no sale bien si se parte de hojas poco resinadas. Hay que tener mucho cuidado de no usar metanol, que es alcohol de quemar muy tóxico. El alcohol etílico de farmacia tampoco da buen resultado, ya que se le añaden saborizantes amargos que le dan mal sabor al aceite. Lo mejor es usar alcohol etílico de 99º; se encuentra en tiendas de productos químicos para laboratorios y es caro, puesto que paga muchos impuestos, ya que es alcohol que se puede consumir.

Es muy importante evaporar bien todo el alcohol que pueda haber en el aceite; un proceso que puede llevar varios días pero que es esencial para que el aceite sea de calidad.

Otro tipo de aceite cannábico es el aceite de oliva con cannabis. Este es aún más fácil de elaborar: solo hay que meter el cannabis en el aceite y dejarlo reposar unos días para que se disuelva la resina, luego basta con filtrarlo para separar los restos vegetales y ya está listo para su consumo. El aceite de oliva con cannabis no se puede fumar, su forma de consumo es ingiriéndolo oralmente. Hay quien se toma una cucharada de aceite directamente y otros prefieren mezclarlo con la ensalada o extenderlo en el pan. En cualquier caso, es importante recordar que el cannabis ingerido oralmente tarda entre una y dos horas en hacer efecto. No hay que impacientarse ni tomar una segunda dosis hasta que haya pasado este tiempo.