Agua muy salina
Vivo en un pueblo de la costa de Castellón y el agua del grifo tiene muchísima cal y sodio, por lo que va fatal para cultivar. Si riego con esa agua enseguida se forma una capa blanquecina sobre la tierra y las plantas empiezan a tener manchas y carencias. Mi pregunta es: ¿cuál es el mejor sistema, si lo hay, para aprovechar el agua?, ¿sirven los aparatos que venden para ablandar el agua?
La solución ideal es eliminar las sales del agua, y eso solo se puede hacer con un filtro de ósmosis inversa. Todos los sistemas para ablandar el agua dura sirven para hacer el agua más adecuada para los electrodomésticos pero no para las plantas. Hay dos tipos, los realmente efectivos usan sal para reemplazar los iones de calcio por sodio. Esto evita la cal pero a costa de cargar el agua de sodio, que es mucho peor para las plantas que el calcio, por lo que estos sistemas empeoran el agua más que mejorarla. Los ablandadores magnéticos se colocan sobre la tubería y crean un campo magnético que, según los fabricantes, impide que las sales se depositen; aparte de que no está en absoluto demostrado que estos aparatos sean eficaces, lo que hacen no elimina las sales, por lo que no mejora la calidad del agua para riego. Los filtros de ósmosis, por el contrario, quitan todas las sales del agua (tanto la cal como el sodio) y obtienen agua pura, ideal para las plantas. Una ventaja añadida de estos filtros es que el agua que producen es perfecta también para el consumo humano, por lo que con su instalación matamos dos pájaros de un tiro: evitamos comprar agua embotellada para el consumo familiar y obtenemos agua de calidad para el riego de las plantas.
Si el agua de riego contiene una cantidad excesiva de sales disueltas, con los continuos riegos estas se van acumulando en la tierra de las macetas, lo que aumenta la salinidad del suelo y hace difícil el trabajo de las raíces de absorber nutrientes del suelo. El cultivador que no dispone de un filtro de ósmosis y tiene que regar con agua bastante salina puede salvar en parte el problema lavando habitualmente la tierra. Aunque depende de las condiciones del cultivo, suele ser suficiente con lavar la tierra cada dos o tres semanas. El lavado se realiza regando la maceta con una gran cantidad de agua limpia y sin abonos. Es recomendable usar dos o tres litros de agua por cada litro de tierra que contenga la maceta. El agua atraviesa la tierra y sale por los agujeros de drenaje de la maceta, arrastrando con ella las sales disueltas. El lavado de la tierra deja el sustrato sin nutrientes y necesitado de un riego con abono líquido. Esta sencilla técnica evita muchos problemas y aumenta la producción, mejorando incluso el sabor final de los cogollos. El agua de lluvia es agua pura, sin sales. Quien tiene posibilidad de recogerla puede usarla en lugar del agua de ósmosis.