Hay dos elementos que hay que tener en cuenta a la hora de contestar a tu pregunta. El primero es el clima: todo depende de qué temperatura van a tener las plantas durante los próximos dos o tres meses. Si vives en un lugar donde la temperatura no baja habitualmente de 10 ºC y supera los 15º C casi todos los días, tienes posibilidades reales de llevar a cabo un cultivo de invierno. Obviamente, si el tiempo exterior es más frío pero cuentas con un invernadero donde mantener las condiciones que te digo, también vale. No pasa nada si algún día hace un poco más de frío, siempre que la temperatura no baje de 0 ºC.

El segundo elemento es el fotoperiodo: cuantas menos horas diarias de sol hay, más baja será la producción y menos crecerán las plantas. En zonas de clima muy cálido como las islas Canarias o el sur de la Península, si se cultiva en una zona en la que dé el sol desde la mañana a la noche, aun con pocas horas de luz, se puede lograr una pequeña cosecha de calidad razonable. Pero en regiones más frías o en lugares donde los árboles o los edificios cercanos limiten el número de horas de sol, es casi mejor no cultivar en estos meses porque los resultados no serán satisfactorios. Otra cosa es si podemos complementar las horas de sol natural con unas cuantas horas de iluminación artificial, en ese caso sí puede ser interesante hacer una cosecha de invierno incluso en zonas menos soleadas.

Por último, hay que tener en cuenta que para hacer una cosecha en invierno no es necesario utilizar variedades autoflorecientes, ya que con un fotoperiodo de noches tan largas las variedades no autoflorecientes también empiezan a florecer a las pocas semanas de nacer y acaban de madurar en dos o tres meses desde la germinación.

En definitiva, si quieres hacer una cosecha de invierno satisfactoria, busca la manera de que las plantas tengan temperaturas moderadas que no bajen de 10 ºC habitualmente, asegúrate de que disfrutan de al menos ocho o diez horas de sol directo cada día o completa el fotoperiodo de exterior con horas de iluminación artificial hasta llegar a las doce horas de luz y doce de oscuridad, que constituye el fotoperiodo ideal de floración. Por último, cultiva variedades rápidas, de pequeña altura y bastante fuertes; no es importante que sean autoflorecientes, aunque tampoco es un inconveniente.