Las variedades de cannabis autoflorecientes crecen y florecen independientemente del fotoperiodo. Es decir, no hace falta cambiar el número de horas de luz y oscuridad en ningún momento para que empiecen a florecer, ya que lo hacen automáticamente a las pocas semanas de germinar. Todo el ciclo de vida de la planta, desde la germinación hasta la cosecha, se realiza bajo el mismo fotoperiodo. El fotoperiodo escogido suele ser de día largo, entre 18 y 22 horas de luz. Se usan fotoperiodos con tantas horas de luz porque las plantas autoflorecientes pueden aprovecharlas. Son variedades que realizan su ciclo vital en muy poco tiempo, normalmente entre 60 y 90 días, por lo que necesitan muchas horas diarias de luz para dar una buena producción. Muchos cultivadores de interior que plantan variedades no autoflorecientes cultivan algunas automáticas en los huecos que les quedan libres en el cuarto de crecimiento o en la sala de madres, ya que se desarrollan perfectamente con el fotoperiodo habitual de crecimiento.