Cannabis y salud
¿Qué riesgos para la salud tiene fumar porros? Ya sé que muchas de las cosas que se cuentan no son verdad, pero supongo que algo malo tendrá.
Nadie duda de que fumar tabaco es malo para la salud. Sin embargo, la percepción del riesgo de fumar cannabis es muy diferente en distintos ambientes: mientras las autoridades prohibicionistas tienen un discurso alarmista que exagera sus peligros, son muchos los consumidores que opinan justo lo contrario y no creen que tenga ninguna consecuencia para su salud. En realidad, ni unos ni otros están en lo cierto. El humo del cannabis contiene muchos compuestos tóxicos que cuando se inhala se depositan en los pulmones. A largo plazo pueden provocar problemas. Aunque carece de nicotina como el tabaco, el humo sí contiene alquitranes o hidrocarburos, que pueden provocar cáncer. En general, los fumadores de cannabis no sufren los problemas pulmonares de los fumadores de tabaco por una combinación de factores: no consumen nicotina, fuman menos veces al día y en menores dosis. Sin embargo, el hecho de que los porros no lleven filtro de acetato como los cigarrillos provoca que el humo llegue a los pulmones con más sustancias en suspensión. Aunque el daño para la salud de fumar cannabis sea menor que el de fumar tabaco, no por ello es despreciable. Muchos consumidores mezclan el cannabis con tabaco, una práctica que se ha demostrado que permite aprovechar menos el THC pero a costa de aumentar sustancialmente la cantidad de subproductos tóxicos en el humo. Para minimizar los riesgos de consumo de cannabis se recomienda no mezclarlo con tabaco y evitar las caladas muy largas o muy seguidas. Es más sano dar caladas cortas, pequeñas y espaciadas. La ingestión y la vaporización son opciones de consumo menos perjudiciales que fumar. Comer cannabis es completamente inocuo para los pulmones, aunque el efecto tarda mucho en aparecer (una o dos horas) y resulta más potente que el que logra la misma dosis por vía pulmonar. La vaporización es una de las mejores opciones para aquellos consumidores que quieran el efecto rápido y el buen control en la dosificación que se logra fumando, pero con un impacto muy pequeño sobre la salud. Aunque el vapor es mucho más limpio que el humo, tampoco se puede decir que la vaporización sea completamente inocua, ya que en el vapor se han encontrado algunos compuestos tóxicos, como el benceno, especialmente cuando se emplean temperaturas de vaporización por encima de 200 ºC. Si se vaporiza a 185 ºC, los compuestos tóxicos se reducen al mínimo.