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Clorosis foliar
¿Qué le pasa a una planta en la que las hojas se ponen amarillas pero no del todo porque las venas o los nervios siguen verdes? ¿Cómo se cura? ¿Qué puedo hacer?
Rami

La carencia de hierro o clorosis es una de las deficiencia minerales más frecuentes en las plantas. Se produce o bien porque falta hierro en la tierra o bien porque, habiéndolo, las raíces no pueden absorberlo. En la mayoría de los casos, la clorosis aparece porque el pH del sustrato se vuelve demasiado alcalino, lo que insolubiliza el hierro e impide que las raíces lo absorban. El hierro se absorbe mal cuando el pH del sustrato es mayor de 6,5. Cuando el suelo es alcalino o el agua de riego muy dura, la cal se va acumulando en el sustrato y el pH sube. Es algo que sucede especialmente en cultivos de macetas donde los riegos continuos, más las sales del agua, más las sales de los fertilizantes se combinan y acumulan.

Los síntomas de esta carencia empiezan por un amarilleamiento de las hojas entre las venas, luego aparece necrosis en los tejidos y, finalmente, las hojas se caen. Las hojas más afectadas suelen ser las jóvenes, porque el hierro es un mineral inmóvil que la planta no puede trasladar desde los tejidos viejos a los nuevos y, por tanto, cuando falta hierro se ve en el tejido nuevo. La forma más efectiva de solucionar la clorosis es lavar la tierra con un riego abundante de agua sola, a ser posible destilada o de un filtro de ósmosis inversa, que disolverá y arrastrará el exceso de sales acumuladas y, a continuación, regar con una solución fertilizante preparada con un abono con microelementos y con el pH ajustado a 5,5-6.

Esta deficiencia no se soluciona fácilmente simplemente fertilizando, ya que, si no se lava antes la tierra del exceso de sales, los abonos solo empeoran el problema. Es necesario limpiar el sustrato y ajustar el pH para que el hierro se pueda absorber. Este tipo de hierro es el único que se puede usar en plantas que crecen directamente en el suelo, donde es prácticamente imposible lavar las sales acumuladas, salvo cuando caen grandes precipitaciones. En tiendas de jardinería se pueden encontrar preparados para remediar la clorosis que contienen hierro quelatado, que es un tipo de hierro que las raíces pueden absorber aunque el pH sea muy alto. Una estupenda solución de emergencia para plantas con clorosis es fumigar una solución nutritiva de hierro para que lo absorban a través de las hojas, evitando así las condiciones poco favorables de un suelo alcalino o demasiado salinizado.

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