La levadura de panadería es la misma especie que se emplea para la fermentación del vino o de la cerveza, Saccharomyces cerevisiae. Basta con mezclar agua, azúcar y levadura en un recipiente para que empiece el proceso de fermentación, durante el cual la levadura se come el azúcar y excreta alcohol y CO2 a partes iguales. La ventaja de usar levadura para generar CO2 es que el proceso continúa durante una semana o dos sin que el cultivador tenga que hacer nada más. Un kilo de azúcar fermentado rinde medio kilo de CO2 y medio kilo de alcohol etílico. El azúcar se debe diluir en agua a razón de cuatro litros por kilo, añadiéndole a continuación una cucharadita de levadura de panadería. La levadura química que se usa en pastelería no sirve, tiene que ser levadura viva. Las burbujas que aparecen en la mezcla indican que se está produciendo CO2. Cuando el azúcar se acaba o el nivel de alcohol en la solución alcanza alrededor del 15%, las levaduras mueren, el proceso se detiene y hay que desechar la mezcla y preparar una nueva. Si se prepara la nueva mezcla antes de que la antigua se pare, se puede sustituir la levadura de la receta por un vaso de la mezcla en fermentación, ya que contiene millones de levaduras vivas y activas que acelerarán el inicio de la nueva fermentación.