¿Cómo selecciono la mejor planta madre?
En la selección de madres siempre aparece un problema. Lo ideal sería germinar todas las semillas y crecer las plantas hasta poder sacar un esqueje de cada una. Luego guardaríamos el esqueje en la sala de madres bajo fotoperiodo de crecimiento 18/6 mientras las plantas florecen. Tras la cosecha, después de pesar, catar y evaluar cada planta, decidiríamos cuál es la mejor, y el esqueje proveniente de esa planta sería la nueva madre. El problema es que no es nada fácil esquejar cincuenta plantas y guardar cincuenta esquejes durante más de dos meses, el tiempo necesario hasta que las plantas acaban de florecer, son cosechadas, secadas y, por fin, catadas. La mayoría de los cultivadores tienen una sala de madres pequeña, bastante menor que la sala de floración. Por tanto, si en floración te caben veinticuatro plantas, seguramente no te cabrán más en la sala de madres. Y veinticuatro ya es un número alto.
En mi opinión, hay dos formas de hacer la selección que quieres: en una sola cosecha o en dos. Hacerlo en dos puede quitarte presión a la hora de eliminar plantas, pero seguramente alargará innecesariamente el proceso. Lo más rápido, y lo que yo haría, es sembrar las cincuenta plantas en macetas pequeñas, para que todas quepan en el armario de cultivo. A lo largo de las primeras semanas debes ir eliminando las peores plantas hasta quedarte con las veinticuatro mejores, que trasplantarás a las macetas definitivas. A la hora de escoger las mejores, fíjate especialmente en el vigor y la velocidad de crecimiento, ya que son rasgos muy importantes y que se pueden distinguir cuando las plantas son pequeñas. Elimina también todas las que muestren crecimientos raros, enfermedades o cualquier otro factor que no indique fuerza, vigor y resistencia. Una vez hayas reducido el número a veinticuatro y después de trasplantarlas a las macetas definitivas, debes sacar uno o dos esquejes de cada una. Si acostumbras a despuntar las plantas, usa esa punta principal como esqueje; si prefieres no despuntar, corta los esquejes de las ramas laterales más bajas. Estos esquejes vas a tener que mantenerlos vivos y en buenas condiciones hasta que las plantas acaben de florecer. En cuanto enraícen, trasplántalos a macetas y colócalos en la sala de madres bajo un fotoperiodo de 18/6. Usa una luz no muy intensa para que crezcan lentamente, pero no dejes de cuidarlos ni de abonarlos. Si se hacen demasiado grandes puedes podarlos un poco para mantener el tamaño adecuado. Si se muere el esqueje de alguna planta antes de enraizar, necesitarás sacar otro esqueje inmediatamente, aunque la planta ya lleve unos días o una o dos semanas en floración, pues sin esqueje no hay madre.
Haz una ficha de cada planta en floración y apunta los datos más importantes: puntúa el vigor, el aroma, la cantidad de resina, la resistencia a plagas y enfermedades; mide la altura, etc. Una vez cosechadas las plantas, pesa la producción de cada una por separado y cata y puntúa la calidad de los cogollos de cada planta al menos un par de veces. Con los datos en la mano, elimina las peores. Mi consejo es que no te quedes solo con una, guarda las mejores, varias. Si has conservado seis, en la siguiente cosecha cultiva cuatro plantas de cada madre y vuelve a realizar el trabajo de apuntar sus características, puntuar su producción, resistencia, calidad de los cogollos, etc. Cuando tengas claro que una de ellas es peor que las demás, elimínala. Probablemente acabarás con dos o tres madres, cada una con unas características ligeramente distintas. Puede que una sea más productiva, otra haga cogollos más potentes y la tercera enraíce mejor. No pasa nada por conservar tres, no te precipites en quedarte solo con una. Durante años tuve dos madres de la misma variedad, una era perfecta para cultivar en invierno, cuando las temperaturas del indoor estaban plenamente controladas, la otra solo la cultivaba en la cosecha que hacía en verano porque resistía mucho mejor las temperaturas elevadas durante la floración; no era tan potente ni tan productiva pero, en verano, daba mejor resultado que la otra.
El proceso de selección de una madre es largo y engorroso pero debe hacerse bien, pues de ello depende que contemos con una gran genética para los años venideros o solo con una planta aceptable. No intentes acortar el proceso ni saltarte pasos.