Cosecha y esquejes
La fecha de la cosecha depende de la variedad que estés plantando. En exterior, las plantas se siembran en primavera y se cosechan en otoño. Las variedades más tempranas se cosechan en la segunda mitad de septiembre. La mayoría de las variedades comerciales acaban de madurar en el mes de octubre y las sativas más lentas pueden alargarse hasta noviembre y, en algunos casos, hasta diciembre. En un cultivo de interior, la fecha de cosecha se mide por el número de días bajo fotoperiodo 12/12 de floración que necesita la planta para madurar los cogollos. Las variedades más rápidas suelen necesitar unos 50 días, la mayoría de los híbridos comerciales entre 60 y 70 días, y las variedades sativas más lentas se pueden alargar hasta 80 o 90 días o más, aunque muy pocos cultivadores siembran variedades tan lentas en interior.
Aunque no sepamos previamente cuántos días de floración necesita nuestra planta, podemos decidir cuándo ha llegado el momento de cosecharla prestando atención al desarrollo de los cogollos y al color de los estigmas de las flores. Los estigmas son esos pelitos de color generalmente blanco, que salen de la parte superior de cada cáliz floral y que suelen formar una V. Mientras la flor es fértil, los estigmas son blancos y se ven frescos, pero cuando la flor madura pierde su fertilidad y el estigma se seca y se pone de color marrón o naranja. Por lo general, las plantas se cosechan cuando alrededor del setenta y cinco por ciento de los estigmas se han marchitado y cambiado de color, aunque el punto exacto depende de la variedad concreta y de los gustos del cultivador. Las plantas cosechadas tempranas, cuando aún hay muchos estigmas blancos, suelen tener un efecto psicoactivo más estimulante, mientras que si se espera una o dos semanas más, el efecto se vuelve más narcótico y relajante y la producción aumenta ligeramente a la par que el contenido en resina.
Los esquejes se deben cortar siempre de plantas en crecimiento. Una vez las plantas empiezan a florecer, es mucho más difícil conseguir que los esquejes enraícen. Cualquier rama con varios nudos y hojas puede convertirse en un esqueje, pero son preferibles las puntas de las ramas, donde el brote está en pleno desarrollo y hay más vigor. Se corta la punta con un largo de unos 10-15 cm; el corte se realiza entre dos nudos. El nudo más cercano al corte se limpia de hojas y se moja en hormonas de enraizamiento antes de plantarlo en un jiffy de turba, un bloque de lana de roca o una maceta pequeña con sustrato. Al principio, el esqueje no tiene raíces y se debe situar en un miniinvernadero con toda la ventilación cerrada para que la humedad se mantenga al cien por cien. Cada día conviene abrir el mininvernadero para airear los esquejes un rato. Pero no pueden estar mucho tiempo abiertos y sin tapa o se vendrían abajo por la falta de hidratación. Durante tres días se deben mantener completamente cerrados pero airearlos una vez al día; a partir del cuarto día abriremos una pequeña rendija de ventilación que ampliaremos cada día. Al cabo de una semana, las plantas pueden aguantar con los respiraderos del invernadero siempre abiertos, aunque a veces necesitan algo de riego extra. Si el clima es adecuado (temperatura superior a 24º), los esquejes suelen estar enraizados en un par de semanas, aunque dependiendo de la variedad y del cuidado que ponga el cultivador el proceso puede durar entre siete y treinta días.