Cultivo de maría de secano
Algo se puede hace: la idea sería acostumbrarlas a poca agua desde el principio, además de usar técnicas para que el agua que riegues dure el máximo tiempo limitando la evaporación desde el terreno. El cultivo de secano permite cosechar plantas pequeñas que aprovechan al máximo el agua y producen cogollos en toda su superficie. Si se acostumbra a las plantas a poca agua, no crecerán mucho pero se llenarán de cogollos desde abajo hasta arriba, sin espacio desperdiciado. Lo principal es lograr que el escaso riego se aproveche cubriendo la tierra con un plástico después de regar para reducir la evaporación. Encima del plástico conviene poner unas ramas o algo de hierba seca para que hagan sombra y que el sol no dé directamente sobre el plástico; esto ayudará a mantener la tierra y las raíces frescas. Se pueden mezclar con la tierra polímeros en polvo, unos compuestos que absorben gran cantidad de agua y la mantiene en el suelo a disposición de las plantas. Puede servir para que, cuando llueva, la tierra conserve mayor humedad, que luego irán usando las plantas. Es conveniente regar periódicamente sin esperar a que las plantas estén demasiado secas y nunca abonarlas en exceso para que no crezcan demasiado. Sobre todo es importante limitar la cantidad de nitrógeno, lo que limita el crecimiento pero da una buena cantidad de fósforo y potasio para que engorden los cogollos. Si se hace bien y se escoge una variedad resistente a la sequía como las afganas o las kush, acabaremos con matas pequeñas y resistentes de 50-70 cm con buenos cogollos y con mucha resina. Es probable que la producción de cogollos por planta no sea muy grande, pero la calidad puede ser óptima.