Demasiadas hojas amarillas
El amarilleamiento de las hojas es un proceso natural en el cannabis, pero cuando sucede demasiado pronto o en exceso suele deberse a un problema de falta de nutrientes o incapacidad de la planta para absorberlos. El principal nutriente responsable del color verde de las hojas es el nitrógeno, que forma el núcleo de las moléculas de clorofila. Las plantas utilizan la clorofila para absorber la energía solar, por lo tanto, si falta nitrógeno y no pueden fabricar clorofila, tampoco pueden captar suficiente energía solar, razón por la que el crecimiento se ralentiza y las plantas no son capaces de expresar su máximo potencial.
Cuando las plantas no pueden captar suficientes nutrientes, poseen mecanismos para reutilizar los que tienen en los tejidos. En el caso del nitrógeno, la planta lo quita de la hojas más viejas, que son menos eficientes realizando la fotosíntesis, y lo lleva a los brotes jóvenes, por eso el amarilleamiento de las hojas comienza siempre por las hojas más viejas y las más bajas. Si la carencia es muy grande, debe mover también el nitrógeno de hojas no tan viejas, lo que ya no es demasiado bueno, pues estas hojas sí son bastante eficientes realizando la fotosíntesis.
El nitrógeno puede faltar por tres razones fundamentales: la primera es que no haya nitrógeno en el sustrato, la segunda es que no aportemos suficiente abono en el riego como para reemplazar el que falta en la tierra y la tercera es que las raíces no puedan absorber el abono de la tierra o del riego porque el nivel de sales en la tierra sea excesivo (EC demasiado alta) o porque el pH sea demasiado alto o demasiado bajo. ¿Cómo evitamos estas tres causas? Usando tierra fértil, añadiendo abono en el agua, ajustando el pH del agua de riego y comprobando periódicamente el nivel de salinidad del sustrato. En macetas, por lo general, aunque la tierra viene preabonada, como la cantidad es pequeña, se suelen agotar los nutrientes en pocas semanas y hay que continuar añadiéndolos en el agua de riego. En tu caso, lo haces bien durante la fase de crecimiento, pero en floración estás cometiendo un error. El fertilizante PK 13-14 no contiene todos los nutrientes que la planta necesita para florecer, solo lleva fósforo (P) y potasio (K). En realidad, es necesario usar un abono NPK completo con microelementos, ya que la planta necesita una larga lista de minerales durante toda su vida. Es verdad que en floración necesita más fósforo y potasio que en la fase de crecimiento, pero sigue necesitando nitrógeno, calcio, magnesio, azufre, hierro, zinc, manganeso, molibdeno, boro, cloro, cobre. De todos estos elementos, el nitrógeno, el fósforo y el potasio se llaman elementos primarios porque se consumen en cantidades más o menos abundantes. El calcio, el magnesio y el azufre son secundarios, pues se necesitan en cantidades medias, y el resto se llaman elementos traza o microelementos, pues hacen falta en cantidades muy pequeñas. Mi consejo es que compres un abono de floración completo y lo utilices desde que cambies el fotoperiodo de crecimiento a floración. El PK13-14 lo puedes añadir además del abono base de floración a partir de la cuarta semana de fotoperiodo 12/12 para contribuir a engordar los cogollos, pero sin dejar de usar el de base.
Continúa ajustando siempre el pH de la solución nutriente (agua más abonos) antes de regar y mantén los niveles de EC que estás usando, pero ten en cuenta que en floración deberás bajar la dosis de PK 13-14 para que, al añadir también el abono base de floración, la EC no suba demasiado. Cada dos semanas recoge un poco del agua que sale por los agujeros de drenaje de las macetas y mide qué EC tiene. Esto te servirá para hacerte una idea de qué cantidad de sales contiene la tierra. Idealmente no debería pasar de EC 2 o 2,5; si es 3 o más, te aconsejo que hagas un riego abundante con agua sola pero con el pH ajustado para intentar arrastrar parte de las sales acumuladas y reducir la salinidad del sustrato. Usa agua en cantidad, de forma que salga por los agujeros de drenaje, como mínimo, la mitad.