Dudas con los ledes
Los lúmenes son una unidad de medida que se diseñó para los humanos, para medir cuánta luz emite una lámpara u otra fuente lumínica. Los lúmenes miden la luz que nosotros podemos ver, es decir, incluye todo el espectro de radiación lumínica visible y deja fuera la parte del espectro invisible para nosotros. El problema de los lúmenes, desde el punto de vista de un cultivador, es que es una medida que incluye zonas del espectro lumínico que las plantas no aprovechan demasiado, como la luz de color verde o amarilla. Las plantas aprovechan mejor el espectro azul y rojo.
Con el objetivo de poder medir con mayor precisión la luz que las plantas pueden aprovechar, se desarrolló el concepto de la radiación fotosintéticamente activa, que se conoce como luz PAR, por las siglas del nombre en inglés: photosynthetically active radiation. La luz PAR que emite una lámpara se llama PPF (siglas del nombre en inglés para denominar el flujo de fotones fotosintéticos), se mide en µmol/s y refleja cuántos fotones fotosintéticamente activos se producen por segundo, en otras palabras, los lúmenes son para los humanos lo que los µmol/s son para las plantas, una medida de la luz emitida por la fuente.
Una cosa es cuánta luz emite una lámpara y otra cuánta luz llega a las plantas o a la habitación. No es lo mismo colgar una lámpara a cuatro metros del suelo que a un metro. Para calcular la luz visible que hay en una habitación se utilizan los lux, que miden los lúmenes que hay por metro cuadrado. Para hallar los lux, dividimos los lúmenes que emite la lámpara entre los metros cuadrados iluminados. Por ejemplo, si una lámpara que emite mil lúmenes ilumina una habitación de cuatro metros cuadrados, podemos decir que la intensidad de luz es de doscientos cincuenta lux (1.000 : 4 = 250). El equivalente a los lux en las plantas es el PPFD (siglas del nombre en inglés para denominar la densidad del flujo de fotones fotosintéticos), que mide la cantidad de µmol/s/m2 y se calcula dividiendo el PPF entre el área iluminada en metros cuadrados. Por ejemplo, si una lámpara emite 1.000 µmol/s e ilumina un área de 1,5 m2, el PPFD será de 666 µmol/s/m2 (1000 : 1,5 = 666).
Si quieres una lámpara que sea equivalente a una lámpara de alta presión de sodio de 600 W, necesitas una de ledes que emita 1.100 µmol/s, que es más o menos la luz PAR que emite tu lámpara. Las lámparas de led son mucho más eficientes convirtiendo vatios a µmol/s:, entre el cincuenta y el cien por cien más. Es decir, una lámpara que emita 1.100 µmol/s consumirá menos electricidad que tu HPS de 600 W, concretamente, entre 300 y 450 W, dependiendo de la calidad y eficiencia de los diodos que lleve.
Una gran ventaja de las lámparas led es que se pueden regular reduciendo la potencia cuando las plantas son jóvenes y no necesitan tanta luz, y aumentándola durante la floración, cuando pueden aprovecharla al máximo. En general, las semillas en germinación y las plántulas jóvenes tienen suficiente con 200 a 400 µmol/s/m2, mientras que las plantas en crecimiento requieren más luz, entre 400 y 600 µmol/s/m2. La floración es la fase durante la cual pueden aprovechar mayor cantidad de luz, entre 600 y 1.000 µmol/s/m2. Es importante fijarse en las plantas para ver sus reacciones, ya que no siempre aguantan una gran intensidad de luz, especialmente si no están completamente sanas o no se han ido acostumbrando progresivamente a tanta luz.
Cultivar con ledes tiene algunas peculiaridades. Para que las plantas estén cómodas, hay que mantener el cuarto de cultivo a una temperatura mayor que si usamos lámparas de alta presión de sodio. La temperatura idónea ya no es 24 ºC, las plantas se encontrarán mucho mejor a 28-30 ºC, pero para que aguanten bien esta temperatura también hay que elevar la humedad ambiental hasta un setenta u ochenta por ciento. La alta humedad ambiental trae consigo nuevos problemas, como un mayor riesgo de aparición de hongos, que el cultivador debe afrontar aumentando la ventilación en torno a las plantas, usando variedades más resistentes e incrementando las medidas de prevención. Como contrapartida, la producción de un cultivo de led puede superar ampliamente los valores de un gramo de cogollos por vatio de luz, que es el máximo que se suele obtener cuando se cultiva con lámparas de sodio si todo se lleva a la perfección.