Elección de semillas
El clima en la franja cantábrica de España que ocupan las comunidades autónomas de Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco es templado y agradable, sin grandes fríos en invierno pero con abundancia de lluvias y humedad durante todo el año, y especialmente en otoño, cuando la influencia del océano Atlántico ocasiona fuertes lluvias torrenciales. La lluvia abundante es muy perjudicial para la maduración de las flores de cannabis, pues los densos cogollos se pudren con facilidad por exceso de humedad.
No todas las variedades de cannabis tienen la misma sensibilidad a la lluvia y la humedad. En general, las variedades que mejor se dan en ese clima son las resistentes al moho y las de maduración temprana. En casi todos los casos se puede predecir la resistencia al moho de las variedades fotodependientes según su genética, la estructura de la planta y la forma de los cogollos.
Las plantas bajas, con muchas ramas, hojas anchas y cogollos gruesos, muy densos y llenos de hojas suelen ser los más delicados y los que primero se enmohecen. Cuando un cogollo de este tipo se moja cuesta mucho que se seque porque el agua penetra en su interior y se queda allí. Los tejidos húmedos y poco ventilados no tardan en ver aparecen los primeros toques del hongo (botritis u oídio, casi siempre), que se multiplican a gran velocidad en cuestión de días o, incluso, horas. En cambio, las plantas más larguiruchas, altas y desgarbadas, con hojas estrechas y cogollos largos pero delgados, resisten mucho mejor la alta humedad. Son por lo general variedades con una parte importante de genética de sativa de origen tropical acostumbrada y adaptada a las frecuentes lluvias torrenciales. Son cogollos que se secan enseguida, pues el aire les da por los cuatro costados. Los hongos tienen dificultad para establecerse sobre tejidos bien ventilados, las esporas prefieren lugares más sombríos y húmedos donde germinar. Busca variedades que incluyan genética Haze, colombiana, tailandesa o africana, y con poco contenido de índicas afganas y Kush, que son las menos resistentes a los hongos, aunque están presentes en la mayoría de los híbridos modernos.
Las variedades autoflorecientes han supuesto una gran ventaja para los cultivadores, pues su rápido desarrollo y su floración independiente del fotoperiodo permiten cultivarlas en los meses más cálidos y secos, y cosecharlas antes de que lleguen las lluvias otoñales. Estas variedades resisten bien los hongos por dos razones. Por un lado, contienen genes de Cannabis ruderalis, una subespecie de cannabis proveniente del norte de Rusia, que es la que aporta la capacidad de autoflorecer pero que también tiene la propiedad de ser relativamente resistente a los hongos, pues produce cogollos bastante aireados. Por el otro, la posibilidad de cultivar las plantas en la época cálida, evitando los meses lluviosos, ayuda enormemente a lograr cosechas sin hongos. Dentro de las variedades autoflorecientes, los híbridos con dominancia sativa son también los más resistentes a los hongos.
En las variedades fotodependientes recomiendo una siembra tardía, en abril, mayo o incluso junio, para que las semillas germinen cuando los días ya son suficientemente cálidos y las plantas se desarrollen rápidamente y sin sufrir los fríos y las tormentas de principio de primavera. Con las automáticas lo mejor es que las plantas vivan entre mayo, junio y julio, que son los tres meses de días más largos y soleados y clima más seco.
Además de sembrar variedades resistentes es recomendable prevenir la aparición de hongos por medio de otras medidas. Mantén una baja densidad de plantación: que las matas no se toquen entre sí y que no se hagan sombra. A ser posible cultiva en un lugar bien ventilado, alejado de muros y árboles muy altos que puedan darles sombra. No abuses de los abonos nitrogenados, que debilitan los tejidos y facilitan la infección. Periódicamente, puedes fumigar las plantas con distintos productos fortificantes y preventivos como aceite de nim, jabón potásico, aceite esencial de canela, infusión de manzanilla, infusión de cola de caballo (Equisetum arvense).
Casi siempre, en cuanto aparece el hongo, sobre todo en el caso de la botritis, que suele surgir a final de floración, lo mejor es limpiar la planta recortando y tirando el tejido infectado y cosechar el resto de la planta antes de que se infecte.