¿Hay hierba marroquí?
Claro que hay marihuana en Marruecos, aunque en su forma tradicional no es muy potente. No venden los cogollos, sino un preparado llamado kif, que se hace eliminando las ramas, hojas y semillas y dejando solo las flores ricas en resina, que se trocean y se mezclan con un poco de tabaco. Después, pican la mezcla muy finamente. El kif no se fuma liándolo en un porro, sino que se utiliza una pipa especial, el sebsi, que tiene una pequeña cazoleta de barro y una larga boquilla de madera. Aunque en el pasado era la forma habitual de consumir cannabis, hoy en día solo lo suelen consumir las personas mayores, ya que los jóvenes prefieren el hachís. El uso del sebsi es muy curioso. Tal y como yo lo he fumado en Marruecos, se rellena el sebsi metiendo la cazoleta directamente en la bolsita del kif y se aprieta ligeramente el polvo con el dedo para que no se caiga. Generalmente se llena bastante la pipa y queda como una montañita de kif sobresaliendo de la cazoleta. Luego se enciende y se consume en una o dos caladas, ya que el sebsi es una pipa monodosis. Una vez acabado el contenido, es de buena educación vaciar la ceniza antes de pasar el sebsi al siguiente fumador. Para hacerlo se le da un golpe a la caña de la pipa, por la boquilla, con la palma de la mano ahuecada, lo que impulsa una pequeña cantidad de aire que hace que la ceniza salte de la cazoleta. Generalmente, el kif es de potencia media o suave, por lo que los consumidores fuman muchas pipas a lo largo de una sesión. Aunque una pipa no te deja muy colocado, cuando llevas cuatro o cinco la cosa cambia.
En los últimos años se han llevado a Marruecos muchas genéticas de última generación y gran potencia que se plantan y se cuidan perfectamente, en campos bien abonados y regados. Todavía hay amplias zonas donde se cultiva sin riego, dependiendo de las lluvias, lo que lleva a una cosecha a veces temprana de plantas que no han podido desarrollar todo su potencial, pero también hay buena hierba.