Hermafrodita
Las plantas pueden ser hermafroditas por varias causas. La primera y más habitual es porque esté en su genética. Algo que no debería suceder en una semilla comercial, ya que es trabajo del criador asegurarse de que las plantas que cruza están libres de este rasgo. Sin embargo, no es infrecuente que suceda de vez en cuando, especialmente cuando se trata de semillas feminizadas. Existen otros motivos que pueden convertir en hermafrodita a una planta: fotoperiodos extraños y cambiantes, estrés de cualquier tipo, algunos productos químicos, etc. En principio, si el resto de las plantas no ha mostrado hermafroditismo, no deberías preocuparte. Ya has eliminado el problema, así que las demás deberían madurar sin interrupciones. El hecho de tener muchas hembras juntas y sin ningún macho podría favorecer el hermafroditismo en alguna planta, pero no es algo frecuente. De hecho, la mayoría de las plantaciones están formadas solo por hembras, no tienen ningún macho y, pese a ello, no aparecen continuamente hermafroditas. Una situación bastante más frecuente, y que no debe confundirse con hermafroditismo, es cuando una planta hembra brota unas pocas flores macho al final de la floración. En ese caso, las flores macho nacen en un último intento desesperado de la planta para reproducirse, cuando ve que la floración llega a su fin y que ningún macho ha polinizado sus flores. Este tipo de comportamiento no quiere decir que la planta sea realmente hermafrodita y, además, estas flores suelen producir muy pocas semillas.