El punto de rocío es la temperatura a la cual debe enfriarse el aire para que el vapor de agua presente en él se condense y forme gotas de agua, es decir, rocío. En otras palabras, cuando el aire está saturado de humedad (alcanza un 100% de humedad relativa), cualquier enfriamiento adicional provocará que el vapor de agua se condense. Como el aire ya contiene toda la humedad que es capaz de contener a su temperatura actual, si la temperatura baja ya no le “cabe” toda la humedad y esta empieza a condensarse formando gotas de agua, que se depositan sobre cualquier superficie, incluidas las plantas. El punto de rocío depende de dos factores: la humedad relativa del aire y la temperatura. Cuanta más humedad contenga el aire, menos se tiene que enfriar para que aparezca rocío. Por ejemplo, en un clima muy húmedo, basta con que la temperatura baje unos pocos grados durante la noche para que las plantas se mojen con el rocío. En cambio, en un clima seco hay tan poca humedad en el aire que debe bajar mucho la temperatura para llegar al punto de saturación y de aparición de rocío.

La cantidad de humedad que puede haber en el aire depende de la temperatura. Así pues, el aire caliente es capaz de aguantar mucha más agua que el aire frío. Por ejemplo, un metro cubico de aire a 30 ºC no alcanza el punto de saturación (el 100% de humedad relativa) hasta que contiene más de 30 g de agua en forma de vapor de agua, mientras que a 12 ºC la humedad relativa alcanza el 100% con tan solo 10 g de vapor de agua por metro cúbico.

Por lo general, el punto de rocío se alcanza (si se alcanza) durante la noche, que es cuando más suele bajar la temperatura, y por eso encontramos a veces todo el campo mojado de rocío por la mañana. En un cultivo de cannabis en floración, el rocío es peligroso, pues moja los cogollos y esto favorece la germinación de las esporas de los hongos. Por tanto, si hay rocío hay mayor probabilidad de aparición de botritis, oídio y otras especies de hongos.

En cultivos de interior se puede controlar la aparición de rocío evitando que la temperatura baje mucho durante la noche o eliminando humedad del aire con un deshumidificador para que, incluso con la bajada nocturna de temperatura, no se llegue a alcanzar el punto de rocío. En cultivos de exterior no hay forma de controlar la temperatura ni la humedad (salvo que las plantas estén en un invernadero), por lo que la única solución es sembrar variedades resistentes a los hongos o que se cosechen de forma temprana antes de que las temperaturas nocturnas sean lo suficientemente bajas como para que aparezca rocío.