El sistema más efectivo es poner un humidificador dentro del armario o del cuarto de cultivo. Se encuentran en cualquier hipermercado y no son muy caros. Otro sistema, si la temperatura lo permite, consiste en conectar el extractor a un programador para que no esté encendido todo el tiempo. Generalmente, cuando el extractor está apagado, la humedad ambiental dentro del jardín sube. Un truco sencillo es poner recipientes llenos de agua dentro del cultivo o un ventilador que sople sobre una toalla mojada. La baja humedad en los cultivos de interior suele ocurrir cuando las plantas son muy pequeñas, en cuanto crecen, la misma transpiración de las plantas eleva la humedad. Durante el crecimiento de las plantas y las primeras semanas de la floración es bastante importante que la humedad no sea muy baja, a ser posible por encima del sesenta por ciento, para que las plantas hagan hojas grandes y abundantes. Si la humedad es muy baja, las plantas brotan pocas hojas para reducir su transpiración, pero también se reduce su crecimiento.