Hay que tener en cuenta dos factores a la hora de plantar pronto: el clima (la temperatura) y el fotoperiodo (la duración de los días y las noches). Desde luego, en la costa malagueña ya no suele hacer frío en febrero y, si tienes un rincón muy soleado y protegido del viento, lo más probable es que las plantas tengan temperatura suficiente. Otra cosa bien distinta es el fotoperiodo, ya que los días siguen siendo bastante cortos y las noches demasiado largas, por lo que las plantas pueden entrar en floración antes de tiempo. Es verdad que eso no es difícil de evitar si interrumpimos las horas de oscuridad encendiendo una bombilla junto a las plantas durante una hora a mitad de la noche. Ni siquiera se necesita usar lámparas especiales para cultivo, basta con una luz cualquiera siempre que sea un poco intensa. Mi consejo es germinar las semillas dentro de casa o en un invernadero, ya que la germinación es más rápida cuando se hace a una temperatura constante de al menos 20º. Una vez hayan nacido las plantas podemos sacarlas al exterior, pero vigilando que no haga demasiado frío por las noches. Siempre se pueden poner a cubierto si una noche amenaza con bajar mucho las temperaturas. No deberemos dejar que tengan periodos de oscuridad de más de seis u ocho horas seguidas para que no se vayan a poner a florecer antes de tiempo. A partir de abril más o menos, ya no necesitaremos cortar las noches con luz artificial porque ya no serán tan largas y podremos seguir con el fotoperiodo natural. Hay que tener en cuenta que por sembrar las plantas pronto no van a empezar a florecer antes, así que la fase de crecimiento será muy larga y las plantas tendrán tiempo de hacerse muy grandes. Deberemos trasplantarlas varias veces o ponerlas directamente en macetas muy grandes o en el suelo con mucho espacio para que puedan desarrollar su máximo potencial. Con buen clima y sembrada en febrero en el suelo, una planta puede alcanzar fácilmente tres o cuatro metros de altura, si no más, y dos metros de diámetro. Es importarte estar preparado para este enorme tamaño, ya que quizás sea muy visible desde la calle o por los vecinos. Si se quiere controlar la altura, se deberá podar varias veces las puntas de las ramas para favorecer un desarrollo más arbustivo que crezca menos en altura y se desarrolle más a lo ancho.