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La luna y el abonado

La luna y el abonado
Mi duda es la siguiente: se supone que algunos días son más propicios que otros para el abonado, según en qué constelación se encuentre la luna, porque la fuerza de la planta se encuentra en uno u otro lugar. Entonces, a la hora de aplicar un abonado foliar, por ejemplo, con un Fish-Mix de Biobizz o algún té de plátano o de patata, ¿que sería mejor?, ¿hacerlo los días propios en los que se abona mediante regado o los días en los que se aplican los tratamientos fungicidas? Un saludo y muchas gracias de antemano.
Gaizka

Mucho se ha hablado y poco está demostrado sobre la influencia de la luna y los astros en el cultivo. Tradicionalmente se ha dicho que durante la luna ascendente la energía de la planta se concentra en sus partes aéreas, mientras que durante la luna descendente la energía baja a la parte subterránea. Algo análogo sucede durante la luna creciente y menguante. La actividad de la planta durante la luna creciente se sitúa principalmente en su parte superior, mientras que durante la fase de luna menguante la actividad mayor sucede en la parte inferior. 

No hay que confundir luna ascendente y descendente con luna creciente y menguante. Cuando la luna está en su trayecto ascendente, cada día la vemos más alta en el firmamento. A mitad del ciclo llega a su punto más alto, y a partir de ese momento cada día llega un poco menos alto, es la luna descendente. El ciclo de ascender y descender dura 27 días, un poco menos que el de luna creciente y decreciente. 

La teoría biodinámica, que tiene en cuenta los ciclos lunares pero también otros astros, dice que los días exactos de luna nueva, cuarto creciente, luna llena y cuarto menguante no se debe hacer nada. Son días de transición de una fase a otra y las energías andan revueltas, o eso se dice. 

Las actividades del cultivador deben ordenarse en función de estas influencias para aprovechar al máximo las sinergias naturales. La siembra se realiza en luna creciente y ascendente, cuando la actividad se intensifica y la energía sube, justo lo que necesita la semilla: germinar y crecer. La luna menguante reduce la actividad de la planta y concentra sus principios medicinales: es el momento de realizar la cosecha. Si además se cosecha en luna descendente, las plantas se secarán antes. 

A la hora de abonar hay que tener en cuenta si se usarán abonos sólidos o líquidos. Los sólidos se deben aplicar en luna descendente, cuando las energías están en el suelo, donde debe deshacerse el abono. En el caso de un abono líquido, la absorción es inmediata y lo que interesa es que llegue hasta la parte superior de la planta, por lo que se aplicarán en luna ascendente. 

Los trasplantes siempre se efectuarán en luna descendente para favorecer la recuperación de las raíces. La luna menguante es el mejor momento para podar ramas, porque es cuando la planta sufre menos. El periodo comprendido entre el cuarto creciente y la luna llena parece ser el mejor en que realizar la polinización controlada de las plantas para la producción de semillas. 

Desde la luna nueva hasta el cuarto creciente, la influencia lunar se centra en las hojas; desde el cuarto creciente hasta la luna llena, en el crecimiento vertical de la planta. La luna favorece la maduración de los frutos y las semillas, especialmente en el periodo entre luna llena y cuarto menguante. Y por último, entre el cuarto menguante y la luna nueva son las raíces las más estimuladas, junto con los microorganismos del suelo. 

En principio, yo fumigaría los abonos en luna ascendente, cuando las energías están en la parte aérea. Pero, de todos modos, debo decir que después de muchos años cultivando he llegado a la conclusión de que más vale abonar hoy si las plantas lo necesitan que esperar a la semana siguiente porque el calendario biodinámico diga que es mejor momento. 
 

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