La luna y la marihuana
La influencia de la luna en la agricultura es un tema muy debatido. Hay quien asegura que teniendo en cuenta sus fases y el momento del ciclo en el que está a la hora de cultivar las plantas de cannabis tiene un efecto positivo. Otros piensan que la influencia no existe y que no hay porque tenerla en cuenta. En cualquier caso, realizar las tareas en los días lunarmente “adecuados” no tiene ningún efecto negativo, así que tampoco se pierde nada por intentarlo.
Además de las cuatro fases lunares: luna nueva, cuarto creciente, luna llena y cuarto menguante, también hay que tener en cuenta la luna ascendente y la luna descendente, que no tienen nada que ver con la luna creciente y menguante. Cuando la luna es ascendente cada día la vemos más alta en el firmamento. A mitad del ciclo llega a su punto más alto y a partir de ese momento cada día llega un poco menos alto, es la luna descendente.
Los días exactos de luna nueva, cuarto creciente, luna llena y cuarto menguante no se deben realizar tareas agrícolas porque se dice que las energías andan revueltas. Durante la luna ascendente, la energía de la planta se concentra en sus partes aéreas, mientras que durante la luna descendente la energía baja a la parte subterránea. Algo análogo sucede durante la luna creciente y menguante. La actividad de la planta durante la luna creciente se sitúa principalmente en su parte superior, mientras que durante la fase de luna menguante la actividad mayor sucede en la parte inferior.
La siembra se realiza en luna creciente y ascendente cuando la actividad se intensifica y la energía sube, justo lo que necesita la semilla, germinar y crecer. Ya dice el refrán que cuando menguare la luna, no siembres cosa alguna. La luna menguante reduce la actividad de la planta y concentra sus principios medicinales, es el momento de realizar la cosecha. Si además se cosecha en luna descendente, las plantas se secarán antes. Los abonos sólidos se aplican en luna descendente, cuando las energías que los deben descomponer están en el suelo, pero los líquidos se absorben inmediatamente y se aplicarán en luna ascendente para que lleguen hasta la parte superior de la planta.
Los trasplantes siempre se efectuarán en luna descendente, para favorecer la recuperación de las raíces. La luna menguante es el mejor momento para podar ramas porque es cuando la planta sufre menos. Desde la luna nueva hasta el cuarto creciente, la influencia lunar se centra en las hojas; desde el cuarto creciente hasta la luna llena, en el crecimiento vertical de la planta. La luna favorece la maduración de los frutos y las semillas, especialmente en el periodo entre luna llena y cuarto menguante y, por último, entre el cuarto menguante y la luna nueva son las raíces las más estimuladas, junto con los microorganismos del suelo.