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Los malditos caracoles

Los malditos caracoles
Los caracoles se han comido mis plantas. Hace dos semanas preparé un rincón discreto del jardín de casa de mis padres para cultivar unas plantas. Es una zona en la parte baja, cerca de la valla y muy alejada de la calle, además, al otro lado de la valla no hay más casas, solo bosque. Quité todas las malas hierbas, aflojé la tierra con ayuda de una azada y añadí varios sacos de tierra y de compost para abonarla. Después, rastrillé bien y sembré seis semillas en una larga hilera, dejando un metro de separación entre cada una y la siguiente. A los cuatro días empezaron a salir de la tierra y todo parecía ir bien, pero dos días después una había desaparecido. En los tres días siguientes, dos más desaparecieron y las tres restantes fueron comidas por un caracol que solo dejo la parte baja del tallo. Sé que era un caracol porque lo descubrí el último día mientras se comía la última planta. Tengo más semillas y voy a volver a plantar, pero te quiero pedir consejo: ¿crees que las plantas desaparecidas también se las comieron los caracoles?, ¿qué hago para que no me pase lo mismo?, ¿cómo puedo proteger las plantitas de los caracoles?
José

Siempre es recomendable realizar la germinación de las semillas en pequeñas macetas y trasplantar las plantas al suelo cuando ya tienen un cierto tamaño y varios pares de hojas. La razón es que las plántulas germinadas son muy delicadas y pueden morir fácilmente por el ataque de los caracoles, como has comprobado, pero también por babosas, pájaros o conejos. Las plantas que te desaparecieron fueron probablemente también víctimas de los caracoles, pero perfectamente pueden haber sido los pájaros. Además de los bichos, existe siempre el riesgo de que las plantas recién germinadas se vean dañadas por una tormenta fuerte o sean pisadas por un animal, puede que incluso tu perro o tu gato jugando las destroce. De hecho, es recomendable vallar el espacio en el que crecen las plantas para que las mascotas no entren; los gatos a veces se comen las hojas o hacen pis junto a ellas. Incluso esperando dos semanas a que las plantas crezcan en las macetas antes de trasplantarlas hay que tomar precauciones contra los caracoles y las babosas, pues también atacan a las plantas jóvenes. Hay distintas formas de combatirlos, la más sencilla es esparcir cebo anticaracoles y babosas, que son unas pequeñas bolitas que contienen cebo envenenado y cuando se las comen se mueren. Si preferimos métodos más ecológicos, podemos crear una barrera alrededor de los tallos que no puedan atravesar con piedras de lava volcánica (se pueden encontrar sacos de lava volcánica en las tiendas de jardinería). Otro método es crear una barrera de cáscaras de huevo troceadas, posos de café o ceniza de leña; a los caracoles y a las babosas no les gustan nada pasar por encima y lo evitarán, pero es importante renovar la barrera después de cada lluvia.

También es fácil construir trampas para capturar y eliminar los caracoles y las babosas. Hay dos técnicas que funcionan muy bien. La primera consiste en colocar platos con cerveza: los caracoles se sienten atraídos por el olor, se meten en la cerveza y se ahogan. Otro sistema es situar cartones sobre el suelo para que los caracoles y las babosas se refugien bajo ellos durante el día. Cada mañana les damos la vuelta y cogemos todos los que encontremos. Podemos matarlos o, si nos dan pena, tirarlos lejos del jardín.

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