Luz nocturna
La luz por la noche rompe la continuidad de la oscuridad e impide que el fitocromo pase a su forma activa en cantidad suficiente como para desencadenar la floración. El fitocromo es un pigmento que la planta utiliza para medir la duración de las noches y saber en qué momento del año se encuentra. Tiene una forma inactiva que es la que presenta en cuanto hay luz y una activa que crece durante la noche. Cada planta necesita una cantidad específica de fitocromo activo para empezar a florecer, que no se alcanza hasta que las noches tienen una duración determinada (entre diez y doce horas según la variedad). El problema con las farolas por la noche es que son capaces de impedir la conversión de fitocromo inactivo en activo, por lo que nunca se alcanza el nivel adecuado y las plantas no florecen. Aunque la luz que llegue desde la farola no sea muy intensa, igualmente puede afectar a la floración. De hecho, la luz de la luna llena en una noche despejada es capaz de retrasar el inicio de la floración, claro que solo por unos días hasta que la luna entra en cuarto menguante.
Lamento decirte que no hay, que yo sepa, ningún producto que se pueda fumigar sobre las plantas para forzarlas a florecer. Sin embargo, hay dos posibles soluciones para el problema. La primera consiste en meter cada día las plantas dentro de casa, en una habitación a oscuras, durante doce horas, creando una noche artificial que les permita florecer. Es un poco incómodo tener que moverlas cada tarde y cada mañana, pero los resultados serán perfectos y las plantas florecerán sin ningún problema.
La segunda solución no vale para las plantas que ya tienes en casa pero sí para futuras cosechas. Las variedades autoflorecientes o automáticas no dependen del fitocromo para empezar a florecer, sino que lo hacen en cuanto tienen una cierta edad, normalmente tres o cuatro semanas. Por eso se pueden cultivar en cualquier época del año y con cualquier fotoperiodo, incluso con luz continua durante veinticuatro horas al día. Esto quiere decir que florecerán en tu terraza sin que las farolas les molesten. Las autoflorecientes tienen varias ventajas para cultivadores como tú, que solo disponen de un lugar pequeño para plantar. En general, las variedades automáticas crecen menos que las de floración clásica y se cosechan en poco tiempo, entre dos y tres meses desde la germinación. Esto permite hacer dos cosechas seguidas en cada temporada, sembrando la primera en mayo y recogiéndola en julio, y sembrando a continuación la siguiente para cosecharla a finales de septiembre. Este sistema te permitiría cultivar seis plantas por temporada en lugar de tres, y evitar el problema de la luz nocturna.