¿Malos cuidados o mala suerte?
La germinación de las semillas solo requiere humedad y temperaturas cálidas. No es buena idea germinar las semillas directamente en macetas grandes, sobre todo si el sistema ya te ha dado problemas con anterioridad, ya que es muy difícil que la tierra se seque entre riego y riego por la gran cantidad que hay, y esa humedad constante con frecuencia da problemas. Creo que lo más recomendable es usar pequeñas macetas de un litro más o menos para la germinación. Hay quien prefiere poner las semillas entre servilletas de papel húmedas y no sembrarlas en la tierra hasta que se hayan abierto, para así estar seguros de que las semillas que siembran están vivas, pero yo creo que no es necesario. Prefiero sembrar directamente en la tierra, teniendo cuidado, eso sí, de que la semilla no quede a demasiada profundidad; alrededor de medio centímetro es lo adecuado. Es aconsejable poner alguna maceta de más para compensar las que pudieran no nacer o morirse antes de la cosecha y, si al final nos sobran plantas, siempre se las podemos regalar a algún amigo.
Uno de los errores más habituales durante la germinación es regar las macetas en exceso. Riega bien la tierra justo después de sembrar las semillas y no añadas más agua hasta que la planta haya brotado, salvo que veas que la tierra se está secando completamente, pero lo normal es que no haga falta volver a regar en varios días. Si la maceta conserva un cierto peso, aún no es momento de regar otra vez.
Por tu carta entiendo que siembras de guerrilla en el monte, pero también cuentas que has puesto las semillas a germinar en macetas de veinte o treinta litros. ¿Cómo piensas transportar plantas grandes en esas macetas enormes hasta el lugar de plantación? Para guerrilla hay que buscar macetas medianas como máximo, y llevar las plantas al monte antes de que se hagan demasiado grandes para que el transporte sea discreto, ¿o no crees que llamarás la atención si alguien te ve transportando una planta de dos metros en un macetón por la montaña? Otro problema añadido es cómo trasplantarlas al suelo: una cosa es darle la vuelta a la maceta para sacar el cepellón de la planta cuando son de tres o cinco litros, y otra muy distinta es hacerlo con macetas de treinta litros. Lo más probable es que el peso de la tierra provoque la rotura de muchas raíces.