Las micorrizas y las trichodermas son dos tipos de hongos beneficiosos para el cultivo que pueden ayudar a mejorar la salud y el crecimiento de las plantas. Aunque ambos tipos de hongos tienen efectos similares, actúan de manera diferente. Las micorrizas establecen una relación de ayuda mutua o simbiosis con las raíces de las plantas, mientras que las trichodermas simplemente viven sobre las raíces, protegiéndolas de los patógenos; también descomponen la materia orgánica, liberando nutrientes que las plantas pueden absorber, aunque no los intercambian directamente con ellas, como hacen las micorrizas.

Las micorrizas son muy comunes y la gran mayoría de las plantas se relacionan con ellas de forma espontánea en estado natural. Esta simbiosis se produce cuando el micelio del hongo, una red de finos filamentos que puede extenderse por el suelo, entra en contacto con las raíces de la planta y se establece una conexión. De esta manera, las micorrizas se convierten en una extensión del sistema radicular de la planta, lo que le permite absorber una mayor cantidad de agua y nutrientes. A cambio, la planta proporciona al hongo hidratos de carbono y vitaminas que necesita para sobrevivir.

Las micorrizas son beneficiosas para las plantas por muchas razones. Por ejemplo, las plantas micorrizadas pueden obtener más fácilmente elementos como nitrógeno, fósforo, potasio o calcio, que siempre se encuentran en mayor cantidad en las plantas micorrizadas que en las no micorrizadas. Además, las plantas micorrizadas son más resistentes a las plagas y las enfermedades, así como a las situaciones de estrés, como sequías o altas temperaturas. En general, las micorrizas benefician mucho a la planta que las hospeda desde el comienzo de su vida: enraízan mejor, aumentan la absorción de nutrientes, obtienen protección frente al exceso de sales, la falta de agua, el ataque de enfermedades o el estrés. Las micorrizas actúan como una ampliación del sistema de raíces de la planta, lo que le permite absorber una mayor cantidad de nutrientes y colonizar mayor volumen de tierra.

En el cultivo de cannabis, por ejemplo, se suelen mezclar las esporas con el sustrato en el que se siembran las semillas o se trasplantan los esquejes. También se puede colocar una pequeña cantidad de esporas bajo las raíces en el momento del trasplante. Las micorrizas funcionan mejor cuando el cultivador utiliza abonos orgánicos, ya que los fertilizantes de síntesis, especialmente a altas dosis, así como los fungicidas y los insecticidas, interfieren con la vida microbiana del suelo y reducen los beneficios.

Trichoderma es un género de hongos beneficiosos que se encuentran presentes en muchos suelos y pueden ser especialmente útiles en la agricultura. Con cerca de treinta especies diferentes, se creía que Trichoderma era un tipo de micorriza, pero hoy en día se sabe que, aunque coloniza las raíces, no establece una verdadera simbiosis con las plantas. En lugar de eso, actúa como un protector contra diversas plagas, como el mildiu, la botritis y el fusarium.

Lo que hace a Trichoderma un hongo beneficioso especialmente útil es su resistencia y rápido desarrollo. Produce varias enzimas que aumentan el crecimiento de las plantas, aceleran la germinación de las semillas y las protegen contra los hongos, y aumentan la producción y el peso de los frutos. Las plantas colonizadas por Trichoderma necesitan hasta un cuarenta por ciento menos de abono para crecer lo mismo, lo que lo convierte en una opción atractiva para los agricultores.

La presencia de Trichoderma también favorece el crecimiento de otros microorganismos beneficiosos y mejora la vida microscópica del suelo. Asimismo, favorece la mejor absorción de nutrientes y aumenta la resistencia de las plantas a enfermedades y plagas. Por lo tanto, es una de las especies de hongos beneficiosos más útiles y versátiles para la agricultura.

Aunque Trichoderma es muy beneficiosa por sí sola, es recomendable combinar su uso con el de micorrizas, ya que cada una aporta ciertos beneficios. Al añadir ambas al sustrato, se aumenta la probabilidad de lograr la colonización de las raíces al menos por uno de estos hongos beneficiosos.