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Ilustración: Hojas caídas
No sé que ha pasado. Mi planta se ha muerto de golpe. La regué y aboné ayer por la tarde y esta mañana estaba completamente marchita. Las hojas todas mustias pero verdes. La tierra estaba húmeda; no es falta de agua. ¿Qué ha sucedido? ¿Puedo salvarla?
Juan

Un marchitamiento tan rápido es sorprendente. Si en una planta bien regada las hojas se mustian, hay que sospechar del exceso de sales. Por lo general, la gran mayoría de las enfermedades evolucionan en cuestión de días, no de horas. En cambio, un exceso de sales en torno a las raíces (como el que se daría tras una sobredosis de fertilizantes) puede llegar a invertir la dirección natural del flujo de agua, provocando que salga de las raíces en lugar de penetrar en ellas. En estas condiciones, las plantas pueden deshidratarse en cuestión de horas. Otra posibilidad es que las raíces estén enfermas y no puedan absorber suficiente agua, pero parece muy raro un efecto tan de repente. Si se riegan las plantas en exceso y la tierra permanece siempre empapada, las raíces se pueden pudrir por falta de oxígeno. Es importante dejar que el sustrato se seque ligeramente entre riegos para aumentar la oxigenación de las raíces e impedir el desarrollo de las bacterias anaeróbicas responsables de la pudrición. Analiza las circunstancias de la planta y decide qué es lo que puede haber ocurrido. Si fue un exceso de abono, tal vez no puedas salvar la planta, depende de cómo de grave sea la situación. En cualquier caso, para aumentar la probabilidad de salvarla debes lavar la tierra regándola con gran cantidad de agua para intentar arrastrar las sales y limpiar el sustrato. Usa al menos tres litros de agua por cada litro de sustrato y, si no mejoran enseguida, repite el tratamiento. Sitúa la planta en semisombra y no la abones. Debería mejorar en pocos días. Si el problema de la planta se debe a un exceso de riego, el tratamiento es completamente distinto. Deja que la tierra se seque bastante, aunque sin dejar que la planta llegue a marchitarse, antes de volver a regarla. En el primer riego añade enzimas y algún estimulador de raíces para favorecer la descomposición de los restos de las raíces muertas y la regeneración del sistema radicular. Una tercera, y peor, posibilidad es que las plantas tengan algún parásito en las raíces, aunque no suelen tener efectos tan súbitos. En este caso habría que identificar exactamente la plaga para poder atacarla con precisión. En cualquier caso, se puede añadir aceite de nim al agua de riego, ya que sus propiedades sistémicas son útiles contra una gran variedad de plagas.

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