El piretro, también conocido como pelitre, es una planta que ha sido utilizada como insecticida en China durante más de tres mil años. Sus flores se parecen a las margaritas y contienen compuestos llamados piretrinas, que tienen un efecto insecticida rápido sobre los insectos. Estas piretrinas paralizan a los bichos y les impiden comer. Sin embargo, un inconveniente de las piretrinas es que se degradan rápidamente bajo la luz solar, por lo que se recomienda aplicarlas al atardecer para que puedan actuar durante toda la noche antes de ser inutilizadas por el sol. Aunque las piretrinas son eficaces contra numerosas plagas, su toxicidad es baja y no afectan a las personas. Aun así, es importante protegerse con guantes y mascarilla al pulverizar las plantas, al igual que con cualquier otro producto insecticida. 

Muchos productos comerciales con piretrinas vienen mezclados con butóxido de piperonilo, un inhibidor enzimático que detiene el sistema de desintoxicación de los insectos. Esto evita que los insectos excreten las piretrinas y aumenta la concentración del insecticida en sus organismos, lo que mejora notablemente su efectividad. La mayoría de los insecticidas que contienen piretrinas se utilizan en dosis de 1-2 ml/l, pero es importante seguir las indicaciones de la etiqueta, ya que la concentración del producto puede variar entre distintas marcas. Es importante no confundir las piretrinas con los piretroides, que son moléculas sintéticas de la misma familia, pero no existen de forma natural. Debido a su mayor persistencia en el medio ambiente y su mayor toxicidad para los mamíferos, organismos acuáticos e insectos beneficiosos, los piretroides no están permitidos en la agricultura ecológica. Un ejemplo común de piretroide es la permetrina. 

El aceite de nim es otro insecticida ecológico que se extrae de las semillas del árbol de nim (Azadirachta indica). Es uno de los pocos pesticidas ecológicos con acción sistémica, lo que significa que penetra en el interior de la planta y se distribuye por todos sus tejidos. Por ello, puede aplicarse mezclado con el agua de riego. Sin embargo, la acción sistémica del nim no es igualmente efectiva contra todos los tipos de plagas. Funciona mejor contra las plagas que se alimentan de las hojas que contra aquellas que solo chupan la savia, como los pulgones, que se eliminan mejor fumigando las plantas con una disolución de aceite de nim que mezclándolo en el agua de riego. Además de su acción insecticida, el nim también tiene propiedades repelentes, manteniendo alejados a muchos insectos de las plantas tratadas. Es eficaz contra la mayoría de las plagas y se combina bien con otros productos. Los efectos del nim no son inmediatos, ya que no mata por contacto. En cambio, afecta al sistema hormonal de los insectos y detiene su alimentación y reproducción en pocas horas. Sin embargo, los bichos pueden tardar varios días en morir. Dado su efecto preventivo, es recomendable aplicar nim periódicamente desde que las plantas son jóvenes para evitar la aparición de plagas. El nim es efectivo contra pulgones, mosca blanca, trips, minadores y otros insectos. También tiene cierta actividad fungicida, especialmente como medida preventiva contra los hongos más comunes en el cannabis. El nim no es tóxico ni perjudicial para el medio ambiente y se utiliza en dosis de 1 a 2 ml/l.

La combinación de piretrinas y nim tiene un efecto de amplio espectro en el control de plagas, más allá del uso de cada uno por separado. En resumen, el piretro y el nim son dos insecticidas ecológicos que ofrecen opciones efectivas para el control de plagas en el cultivo de marihuana. Cada uno tiene sus características y modos de acción específicos, por lo que es importante comprender cómo utilizarlos correctamente y seguir las indicaciones de uso. Tanto el piretro como el nim son alternativas más seguras y respetuosas con el medio ambiente en comparación con los productos químicos sintéticos. Al elegir métodos de control de plagas más naturales, los cultivadores pueden promover la salud de las plantas y obtener cosechas de mayor calidad. 

Además de estos dos insecticidas hay un tercero que resulta muy útil y poco tóxico: el jabón potásico. Puede mezclarse tanto con el nim como con las piretrinas, aumentando su efectividad. Actúa matando a los bichos por contacto y no tiene ninguna toxicidad, aunque es mejor no aplicarlo en las últimas semanas de la floración para que no queden restos en los cogollos que puedan afectar al sabor.