El olor del cannabis se puede combatir con varios sistemas pero el mejor, sin duda, es usar un filtro de carbón activo que atrapa las moléculas aromáticas. Es el sistema que se utiliza en la mayoría de los cuartos de cultivo de interior. Se conecta el filtro de carbón a un extractor y este a una salida al exterior. El extractor chupa aire a través del filtro, donde se limpia de olores, y lo expulsa a la calle. Este sistema crea una presión negativa dentro del cuarto que impide que el aire cargado de olor pueda salir por cualquier rendija. Es la mejor forma de asegurarse de que el aroma no se perciba desde el exterior. Otro sistema, si no quieres tener una salida de aire al exterior, es montar un scrubber, que no es otra cosa que un filtro de carbón conectado a un extractor pero sin que el aire salga al exterior. El filtro va eliminando olor del aire y devuelve el aire a la misma habitación. No es perfecto al cien por cien pero reduce mucho la cantidad de aroma y el riesgo de que se perciba fuera. También puedes colocar en el garaje, fuera del secadero, un ozonizador, que es un aparato que elimina olor del aire, pero que no se debe usar dentro del secadero, pues le quita aroma a los cogollos. También hay unos productos en forma de gel que tienen un aroma penetrante que enmascara el olor del cannabis, aunque se han vuelto tan habituales que muchas personas ya saben para qué sirven y si los huelen deducen que en esa casa hay cannabis. Por eso no son demasiado recomendable, ya que pueden atraer a los ladrones.