Purín de ortigas
Cerca de mi casa hay un campo donde crecen enormes ortigas. Tengo entendido que las puedo usar para abonar las marías. ¿Qué hago con ellas?, ¿es abono de crecimiento o de floración?, ¿va bien?
Para hacer purín de ortiga basta recoger una buena cantidad de esta planta, para lo que recomiendo ponerse unos buenos guantes. Hay que cortarla en trozos, llenar un recipiente con ellos, un bidón o un cubo grande –mejor si no es metálico–, y llenarlo de agua. Más o menos se necesita un kilo de ortiga en trozos por cada diez litros de agua. Se coloca al sol para que fermente y se remueve una o dos veces al día hasta que deje de hacer espuma, lo que indica que la fermentación ha terminado. En función de la temperatura exterior, el proceso dura una o dos semanas.
Tras detenerse la fermentación, el purín estará listo. Hay que filtrarlo para eliminar los restos y disolverlo en agua para hacerlo más suave. Un litro de purín por cada diez de agua si vamos a regar las plantas o un litro por veinte de agua si vamos a pulverizar las hojas. Se aplica por la mañana o por la tarde, nunca a pleno sol. El purín de ortigas es rico en calcio, nitrógeno y potasio, fácilmente asimilables por las plantas. Actúa como un abono de crecimiento, pero además es un estimulador de la vitalidad y enriquece la vida bacteriana del suelo. Las plantas a las que se aplica purín de ortigas se vuelven más fuertes contra el ataque de hongos y plagas. El purín de ortigas es un fertilizante fantástico con grandes propiedades. Es un producto muy fácil de hacer y que beneficia a cualquier planta.