¿Qué es la luz PAR?
Hay muchas formas de medir la luz según para qué lo queramos. El término más común y que más gente conoce es el lumen, que se emplea sobre todo con las luces para uso doméstico. El lumen (lm) se usa para medir el flujo luminoso, es decir, la luz emitida por la fuente, sea el sol o una lámpara, en el rango comprendido entre los 400 y 700 nm, es decir, básicamente la luz visible, pero no la infrarroja o la ultravioleta. Si el lumen mide la luz que emite la fuente, el lux (lx) mide la iluminancia, que es la luz que llega a una superficie: 1 lux equivale a 1 lumen/m2. Los lúmenes son fijos y dependen de la lámpara, pero los lux dependen de la distancia entre la lámpara y la planta: cuanto más lejos esté, mayor es la zona iluminada y menor la cantidad de lux. Veamos tres ejemplos para que nos hagamos una idea de cuántos lux hay en situaciones habituales. Un día de verano, al mediodía, se alcanzan unos 100.000 lux, una oficina suele iluminarse con 500 lux y una noche de luna llena la superficie de la tierra recibe 0,25 lux.
El problema con los lúmenes y los lux es que miden la luz visible, algo muy útil cuando usamos la lámpara para ver mejor, pero no tanto cuando pretendemos crecer plantas con ellas. La razón es que hay partes del espectro que nos permiten ver pero que las plantas aprovechan menos que otras. Por ejemplo, el verde y el amarillo activan mucho menos la fotosíntesis que el azul y el rojo. Para intentar evaluar la calidad de una luz para el cultivo se inventó el término PAR, que son las siglas en inglés de radiación fotosintéticamente activa. Hay lámparas que producen mucha más luz PAR que otras, por lo que son más adecuadas para cultivar. El flujo de fotones fotosintéticos o PPF (también siglas de la expresión en inglés) mide la cantidad de luz PAR que emite una lámpara y la expresa en micromoles por segundo (μmol/s). Del mismo modo que los lux son los lúmenes por metro cuadrado que llegan a la planta, la densidad de flujo de fotones fotosintéticos o PPFD mide el PPF por metro cuadrado o μmol/m2/s. Como los lux, el PPFD depende de la lámpara y de la distancia entre esta y las plantas.
Miremos todos estos valores en un ejemplo concreto. Una lámpara de 600 W de alta presión de sodio emite 90.000 lúmenes. Si se usa para iluminar una bandeja de 120x120 cm llegan unos 60.000 lux (lúmenes/m²). En este mismo sistema, medimos un PAR de 1100 μmol/s y un PPFD de 732 μmol/m2/s. Tú ya tienes experiencia cultivando con una lámpara de sodio de 600 W; si buscas obtener una iluminación de la misma intensidad, debes escoger una lámpara que te dé un PPFD al menos de 732 μmol/m2/s.
Las plantas de cannabis que más luz toleran son las sativas, evolucionadas bajo el intenso sol tropical, y son capaces de soportar hasta 1500 μmol/m2/s. Las índicas no pueden con tanta luz, normalmente su límite está en 1000 y 1200 μmol/m2/s. De todos modos, que puedan soportar cierta cantidad de luz no significa que sea lo ideal; por lo general, las plantas se desarrollan mejor y con menos estrés con una intensidad máxima de 300-500 μmol/m2/s en crecimiento y 400-900 μmol/m2/s en floración. Cuanta más luz hay, mayor temperatura, humedad y nivel de CO2 debe tener el cuarto de cultivo para que las plantas la puedan aprovechar.