¿Qué insecticidas están autorizados para el cannabis?
La pregunta que quiero hacer se refiere a los insecticidas que puedo usar en mi plantación de cannabis. Siempre que leo la etiqueta de un pesticida se indican las dosis y los plazos de seguridad adecuados para cada una de las especies de plantas cultivadas. Por lo que he visto, muchas veces el plazo de seguridad o la dosis son muy distintos si plantas lechugas, tomates o manzanas. Pero el cannabis no sale nunca en la lista, supongo que por ser una planta cuyo cultivo está prohibido en muchos países. ¿Qué se puede hacer en estos casos?, ¿cómo escojo insecticida, dosis y plazo de seguridad?
Como mencionas, la situación legal del cannabis impide la existencia de una lista oficial de insecticidas y fungicidas permitidos para su cultivo. Cuando un laboratorio especifica en la etiqueta de un insecticida la dosis y el plazo de seguridad para una especie en particular, es porque se ha efectuado una investigación científica que garantiza la ausencia de residuos después de cierto número de días. Estos estudios son largos, caros y complicados, por lo que solo se hacen para las especies cuyo cultivo está autorizado. Por esta razón, no se llevan a cabo estudios similares con el cannabis, lo que genera incertidumbre sobre la cantidad de residuos que podrían persistir. Un análisis realizado por un laboratorio de cannabis en California reveló que hasta el setenta por ciento de los residuos de pesticidas presentes en el cannabis contaminado terminan inhalándose cuando se fuma, lo que representa un grave riesgo para la salud del consumidor.
Como precaución, los cultivadores conscientes de los peligros optan por insecticidas menos tóxicos, aquellos permitidos en la agricultura ecológica, para evitar preocupaciones sobre la presencia de residuos en los cogollos. Sin embargo, algunos cultivadores recurren a insecticidas más peligrosos, incluso algunos pesticidas que ni siquiera están permitidos en plantas comestibles y están solo destinados a plantas ornamentales. Esto es muy peligroso ya que, como las ornamentales no se comen, nadie se preocupa por los residuos que quedan. Si usamos estos productos en el cannabis, los cogollos tendrán restos del insecticida, que acabarán en los pulmones del consumidor.
La mayoría de las verduras y hortalizas tienen plazos de seguridad bastante cortos, principalmente porque suelen someterse a lavado o pelado antes de consumirlas, una práctica que no se lleva a cabo con el cannabis. Lo mejor sería tomar como referencia el cultivo que requiera el plazo de seguridad más extenso y aplicarlo al cannabis para evitar riesgos o, al menos, considerar el plazo de seguridad establecido para tabaco, lúpulo o vid, en ese orden. El tabaco es especialmente relevante, ya que se consume de manera similar a la marihuana y se usa sin lavar; en caso de no encontrar información sobre el plazo de seguridad para el tabaco, se puede considerar el lúpulo, ya que comparte similitudes familiares con el cannabis y se espera que el comportamiento del pesticida sea análogo. Como última alternativa, se puede tomar en cuenta el plazo de seguridad recomendado para la vid destinada a la vinificación, ya que también se utiliza sin lavar, al igual que el cannabis.
El factor más importante para reducir los riesgos con pesticidas radica en respetar los plazos de seguridad entre la aplicación y la cosecha, para permitir la completa degradación del pesticida. Dado que no hay pesticidas autorizados específicamente para el cannabis, determinar el plazo de seguridad adecuado es problemático y la única decisión sensata es utilizar largos plazos de seguridad y no fumigar ningún producto que pueda ser remotamente tóxico durante la floración para que no quede en los cogollos.
La gestión integral de plagas se presenta como la estrategia más idónea para el cultivo de cannabis en interiores, combinando diversas técnicas seguras en lugar de depender de un producto altamente tóxico. Esto implica utilizar métodos que reduzcan la incidencia de plagas, promover depredadores naturales y atacar los insectos en su punto más vulnerable. La aplicación preventiva de fitosanitarios de baja toxicidad y origen natural, permitidos en la agricultura ecológica, se considera una aproximación sensata. Una pulverización semanal, especialmente durante el crecimiento y las primeras semanas de floración de las plantas, con aceite de nim, jabón potásico o extracto de piretrinas naturales, suele mantener las plagas a raya siempre que las plantas se conserven sanas y bien alimentadas. Los cultivadores que no adoptan medidas preventivas suelen recurrir a productos más tóxicos una vez que las plagas están establecidas.
Los reguladores del crecimiento son otra fuente potencial de problemas, ya que su uso para estimular el crecimiento de las plantas puede plantear riesgos para la salud, especialmente si no están aprobados para el consumo humano. El paclobutrazol, en particular, es polémico debido a las sospechas de que puede provocar cáncer. La falta de regulaciones que establezcan qué reguladores del crecimiento se pueden usar, en qué dosis y con qué plazos de seguridad complica aún más la situación.
Dadas las limitaciones legales del cannabis, los consumidores se enfrentan a riesgos innecesarios para la salud. La recomendación es ser cauteloso, utilizar insecticidas y fungicidas aprobados para la agricultura ecológica y evitar su aplicación en las últimas semanas de la floración para prevenir la presencia de residuos en los cogollos.