Técnicas de clonación
Cada cultivador jura por su sistema, lo que quiere decir que se pueden lograr buenos resultados con la mayoría de las técnicas. En esencia, hay dos formas de enraizar en función de si se utiliza sustrato o hidroponía para hacerlo. La forma más habitual es con sustrato, y hay principalmente cuatro tipos de sustratos a utilizar: los cubos de lana de roca, los jiffys de turba, los plugins de turba prensada prehumedecida y las macetas con turba o coco. Cada uno de ellos tiene sus características propias. Los tres primeros vienen en bandejas de alveolos de 40x60 centímetros, que, según modelos y medidas, contienen entre 40 y 150 alveolos, por lo que permiten hacer muchos esquejes a la vez. La lana de roca es completamente inerte y no tiene nutrientes: en cuanto las plantas enraízan hay que abonarlas enseguida. Los jiffys de turba vienen prensados, por lo que ocupan muy poco espacio, pero hay que humedecerlos bien antes de usarlos y tardan un rato en absorber el agua. Los plugins de turba prensada y prehumedecida se han vuelto muy populares en los últimos tiempos, pues vienen listos para usarse, solo hay que clavar los esquejes. Las macetas con turba o fibra de coco dan buen resultado para hacer pocos esquejes, pero ocupan mucho más espacio que los sustratos en bandejas de alvéolos. Los sistemas hidropónicos son algo distintos, puesto que el extremo del tallo del esqueje se encuentra sumergido en agua, que se oxigena continuamente por medio de una bomba de aire de pecera conectada a una piedra burbujeadora. La principal ventaja de los sistemas hidropónicos es que los esquejes no se deshidratan, pues tienen el tallo dentro del agua y pueden absorber la que necesiten aunque no tengan raíces (del mismo modo que se mantienen vivas las flores cortadas poniéndolas en un jarrón con agua). Los esquejes enraizados en sustrato, por el contrario, deben sobrevivir con el agua que tienen en sus tejidos desde el momento en que son cortados hasta que brotan las primeras raíces y pueden empezar a absorber agua. Por eso es esencial mantenerlo durante esos días en un pequeño invernadero donde la humedad sea muy alta, para evitar que se deshidraten. Una vez que tienen raíces ya se pueden ir aclimatando a una humedad ambiental más baja. Los esquejes necesitan algo de luz durante el periodo de enraizamiento, pero de baja intensidad, con un fluorescente es suficiente. Conviene enraizarlos bajo el clásico fotoperiodo de crecimiento 18/6.
Los esquejes se deben cortar de ramas jóvenes y en crecimiento, poco leñosas y con hojas de un color verde sano, a ser posible escogiendo las puntas de las ramas, donde la vitalidad es mayor. El tamaño del esqueje no es muy importante pero debe tener al menos tres nudos, el inferior irá bajo tierra, y varias hojas. El corte se hace un centímetro por debajo de un nudo y en diagonal, luego se sumerge el nudo inferior del esqueje en hormona de enraizamiento (en gel o en polvo) y se planta en el sustrato elegido o en el enraizador hidropónico. Si el esqueje tiene muchas hojas o muy grandes, se pueden recortar un poco para reducir la capacidad de traspiración y evitar que se deshidraten. Luego se cubre el miniinvernadero con su tapa y se cierran completamente las rendijas de ventilación. Se coloca en un lugar cálido (a 22-26 ºC enraízan bien y rápido), bajo la luz de un fluorescente. Cada día hay que abrir la tapa unos segundos para ventilar y, si los esquejes se ven un poco mustios, fumigarlos con agua. Al cabo de tres o cuatro días podemos ir abriendo las rendijas de ventilación muy poco a poco, cada día un milímetro más. Por lo general, los esquejes tardan entre una y tres semanas en enraizar, dependiendo de la temperatura, la genética y el estado de salud de la planta madre.