El rango efectivo de temperatura para vaporizar va de 185 a 230 ºC. Por debajo de 185º, los cannabinoides no se vaporizan, y por encima de 230º, empieza la combustión y ya no es vaporización. En general, cuanto más baja es la temperatura (185-195 ºC) menos subproductos tóxicos se producen y el vapor es menos irritante. Por otra parte, las temperaturas altas producen una mayor vaporización de los cannabinoides, pero a costa de un vapor más sucio e irritante. Según un estudio, a partir de 200 ºC empieza a aparecer benceno, un subproducto cancerígeno. Las temperaturas altas “gastan” antes la muestra, mientras que las bajas permiten vaporizar más veces la misma muestra, pues la liberación del THC y otros cannabinoides es más progresiva.