Terrible calor en interior
Los problemas que estoy teniendo en mi cultivo de interior por el calor están siendo terribles. Es el primer año que cultivo en interior. Empecé en enero comprando un armario para una lámpara que coloqué en una especie de garaje que hay al fondo de mi patio. El sitio me pareció ideal porque es discreto y no se oyen los ruidos del extractor y el ventilador desde la casa. Para la primera cosecha sembré nueve semillas de Buddha Gelato sobre el 20 de enero y las puse a florecer a finales de febrero, tras cinco semanas en crecimiento y cuando las plantas tenían más o menos 50 cm de altura. La cosecha la hice el 1 de mayo, a los 63 días de floración. La calidad fue bastante buena a pesar de que tuve algunos problemas: hojas con carencias y cogollos no muy grandes pero bastante potentes. Debería haber puesto una segunda tanda de plantas nada más cosechar la primera, pero la verdad es que no lo hice por pereza; tenía dos frascos llenos de cogollos y me dediqué a fumar.
A finales de junio se me acabaron los cogollos y me di cuenta de que tenía que ponerme las pilas si quería volver a cosechar pronto. Sin pensarlo mucho compré semillas de Kraken, también de Buddha Seeds, y las puse a germinar. Crecieron durante todo el mes de julio, con mucho calor dentro del armario de cultivo, ya que muchos días la temperatura llegaba hasta 35 ºC. A principios de agosto empezaron a florecer, pero el calor es excesivo y no están haciendo cogollos tan buenos como los de la primera cosecha. No tengo aire acondicionado, solo un extractor, y no consigo que la temperatura se mantenga por debajo de 30 ºC. ¿Puedes darme algún consejo para que estén mejor con esta temperatura? Ahora ya sé que, si hubiera sembrado de nuevo nada más recoger la primera cosecha, el resultado habría sido mejor.
Durante el verano, cuando las temperaturas externas suelen superar por mucho los 30 ºC, mantener fresco el cuarto de cultivo sin utilizar un aire acondicionado puede resultar imposible. Esto puede ser un obstáculo para algunos cultivadores que por cuestiones económicas no se pueden permitir instalar un aire acondicionado para el cultivo. Sin embargo, existen métodos que permiten mantener una temperatura adecuada, o al menos no tan alta, en el cuarto de cultivo durante la mayor parte del año utilizando solo un extractor para expulsar el aire caliente.
La mayoría de los cultivadores paran de cultivar en verano para evitar problemas y vuelven a sembrar en septiembre, cuando las temperaturas empiezan a bajar. Sin embargo, no todos los cultivadores tienen la posibilidad de contar con una terraza donde sembrar ni están dispuestos a renunciar a una cosecha al año por detenerla durante tres meses. Para ellos, existen trucos y técnicas que pueden ayudarles a lograr buenos rendimientos incluso en los meses más calurosos.
Una técnica sencilla pero efectiva para controlar la temperatura en el cuarto de cultivo es invertir el ciclo de luz con respecto al exterior. La idea es encender las luces del cultivo durante la noche, cuando las temperaturas externas son más bajas, y apagarlas durante el día, cuando el calor es más intenso. De esta manera, resulta más fácil mantener una temperatura adecuada, evitando la acumulación de calor proveniente del sol y las lámparas. Aunque parezca extraño, las plantas no se ven afectadas por vivir su día durante la noche exterior y, además, disfrutarán de un clima más suave. En tú caso, las paredes y el tejado del garaje donde está el armario de cultivo probablemente se recalientan mucho durante el día por el sol y transmiten mucho calor al interior. Puedes reducir este problema instalando una capa de material aislante en la cara interior de las paredes y el techo.
Además de la temperatura externa, existen otros factores que contribuyen al aumento del calor en el ambiente, como el calor emitido por las lámparas de cultivo, los balastros y otros dispositivos eléctricos. Es recomendable reducir en la medida de lo posible el calor generado dentro del cultivo, sustituyendo las lámparas de alta presión por sistemas led, que emiten mucho menos calor. En días muy calurosos, si no es posible mantener la temperatura dentro de los parámetros adecuados, es mejor apagar la lámpara, o reducir su potencia, durante algunas horas para controlar el calor. Las plantas sufren mucho y no crecen cuando las temperaturas superan los 35 ºC. Es mucho mejor proporcionarles un poco menos de luz pero mantener una temperatura adecuada. En días de mucho calor, se pueden regular las lámparas al cincuenta por ciento de su potencia en lugar de apagarlas por completo. Esto proporciona una iluminación más uniforme y temperaturas más bajas.
Un error muy grave y muy común es dejar que las altas temperaturas vayan acompañadas de una humedad relativa muy baja, ya que la transpiración de las plantas aumenta y aún sufren más. En situaciones de calor es mejor mantener una humedad más elevada de lo habitual, en torno al sesenta o setenta por ciento. En áreas con un clima muy seco, se puede usar un acondicionador por evaporación para elevar la humedad y reducir la temperatura. Estos aparatos, compuestos básicamente por un ventilador que sopla sobre un tejido mojado con agua, son muy efectivos para refrescar el ambiente a través de la evaporación. Funcionan muy bien en climas secos y pueden reducir la temperatura ambiental varios grados, pero no son eficaces en ambientes húmedos. Al contrario que los aires acondicionados tradicionales, estos evaporadores son baratos y gastan poca electricidad.