Tierra orgánica
La siguiente receta de tierra servirá para preparar un sustrato bastante rico en nutrientes, todos de origen orgánico, y que mantendrá las plantas sanas y bien alimentadas. Es importante usar una maceta bastante grande para que contenga suficientes nutrientes para todo el ciclo de vida. Más o menos, para una planta de un metro de altura, se necesitarán entre 25 y 30 l de tierra si quieres estar seguro. También se puede usar algo más pequeño, siempre que añadamos un poco de abono líquido en la segunda mitad de la floración.
La base del sustrato se compone de una parte de turba, una parte de perlita y una parte de compost. El compost se puede sustituir por humus de lombriz, estiércol o una mezcla de las tres cosas (que es, probablemente, la mejor opción). Para aumentar la cantidad de nutrientes se completa con un 2% (dos litros por cada cien litros de sustrato) de una mezcla de abonos orgánicos en polvo (harina de algas, de pescado, de sangre, de huesos, de alfalfa; guano de murciélagos o de aves marinas). Esta mezcla de abonos también se puede sustituir por algún abono orgánico comercial en polvo, que suelen estar compuestos por una mezcla similar de productos. La receta de tierra se completa con algo de cal agrícola para equilibrar el pH. Buena parte de los nutrientes que contienen estos abonos no están directamente disponibles para las plantas y es necesario que los microorganismos presentes en la tierra empiecen a descomponerlos. Por esto se recomienda preparar la mezcla de tierra y abonos, humedecerla ligeramente y guardarla en sacos o macetas, a la sombra y en un lugar fresco, durante varias semanas antes de sembrar las plantas. En un mes los microorganismos se habrán reproducido mucho y habrán formado grandes colonias capaces de descomponer la materia orgánica a gran velocidad, liberando los nutrientes que las plantas necesitan.